Querétaro.— Al advertir que no tiene nada de que avergonzarse ni que temer, Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro, aseguró que las acusaciones de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, de supuestamente haber recibido sobornos para aprobar la reforma energética son una bajeza inaudita, pues dijo que no se puede creer en la palabra de “un delincuente confeso” y acusó que hay una intención política.
En conferencia de prensa que encabezó el presidente Andrés Manuel López Obrador en el Campo Militar 17-A, el gobernador se deslindó de su exsecretario particular, quien aparece en un video recibiendo presuntos sobornos relacionados con el caso Lozoya, y aseguró que él no tenía necesidad de recibir dinero por un voto para la reforma energética porque desde que fue diputado federal apoyó modificaciones en este sector.
“De manera perversa se presentó un video donde aparece una persona en la que deposité mi confianza y que me acompañó por años; lo removí de su cargo y di parte a las instancias correspondientes para que él a su vez apele lo que a su derecho convenga. Por mi parte no tengo nada que temer, nada de que avergonzarme y nada que ocultar.
“En mi vida siempre he dado la cara. Hoy no será la excepción. Los gobernantes tenemos la obligación de enfrentar los hechos. Más cuando se trata de calumnias, de infamias, de ataques centrados en cuestiones políticas”.
Ante la mirada penetrante de López Obrador, el gobernador panista prosiguió: “El señor Emilio Lozoya ha pretendido involucrarme, con una bajeza inaudita, en actos de corrupción. Ha aportado sólo sus dichos, que valen lo que su prestigio: nada”.
El gobernador señaló que los dichos por Lozoya Austin son una infamia por varias razones, entre ellas, señaló, que desde que fue diputado federal apoyó la reforma energética de 2008, entonces propuesta por el PAN.
Domínguez aseguró que no se puede creer en la palabra “de un delincuente confeso” e indicó que él da la cara “aquí y ante la autoridad”, y que no buscaba la protección a cambio de inventar falsedades. Acusó que en estos señalamientos había una intención partidista y que no era una cuestión legal, sino política, debido a que, apuntó, se aproxima un proceso electoral.
Ante la insistencia de los periodistas sobre el tema, el presidente López Obrador pidió respetar la decisión del gobernador.
“¿Por qué no tratamos de dejar para otro momento este asunto? Incluso hasta por respeto, por urbanidad política, y va a haber tiempo para desahogar este tema; además, corresponde a la fiscalía aclararlo”, dijo.