Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que cuidarán la información de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional porque son objeto de espionaje del Pentágono y muchos medios de comunicación en México están filtrando información que les entrega la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), especialistas en seguridad y transparencia expresan a EL UNIVERSAL que fue un pretexto para salir del paso.
La doctora Mariana Cendejas, profesora e investigadora de la iniciativa de Transparencia y Anticorrupción del Tec de Monterrey, refiere que la declaración pone en duda si antes la Marina y la Sedena no cuidaban su información.
“¿Cómo es posible que López Obrador declare que son víctimas de espionaje por parte del gobierno de Estados Unidos?… está totalmente fuera de contexto, más bien por el contrario, quien espía es el gobierno mexicano a través de la Sedena y Marina”, indicó.
“Sabemos que, desde hace muchos años, antes de que López Obrador estuviera en la Presidencia, el software Pegasus ya era un programa de espionaje que se usaba no sólo para combatir el crimen organizado, se utilizaba para espiar a activistas, abogados y políticos”, señala la docente.
Cendejas asevera que la declaración del Mandatario federal es un pretexto: “De dónde sacan que el Pentágono lo espía, muchas veces el enemigo está en casa y es un pretexto”.
Remarca que es para seguir operando esos contratos de espionaje, no es inteligencia de seguridad nacional, es espionaje, porque no sólo se hace para prevenir y combatir el crimen, se efectúa para espiar organizaciones y personas, es una evasiva para reservar la información.
Víctor Hernández, profesor investigador de la Universidad Panamericana, coincide en que es un pretexto para salir del paso y eludir el tema de los contratos para operar Pegasus y la exclusión jurídica de que las Fuerzas Armadas no tienen atribuciones para intervenir comunicaciones. Destaca que buena parte de la tecnología satelital es estadounidense y si quisiéramos revertirlo tendría que haber una inversión sustantiva en el desarrollo tecnológico propio de encriptado y telecomunicaciones que, hoy en día, no lo hay en el servicio de transmisiones del Ejército Mexicano.
“En el caso de Pegasus se supone que fue adquirido para monitorear a delincuentes y no para espiar a defensores de derechos humanos, para las Fuerzas Armadas, Joaquín El Chapo Guzmán y El Centro Prodh son igual de peligrosos”, detalla.
Sobre la acusación de que el Pentágono espía a las Fuerzas Armadas, confirma que es innegable que monitorean de cerca al gobierno mexicano.
“La única forma de revertir este proceso es la apuesta por una industria tecnológica de telecomunicaciones nacional, algo que tomará décadas construir y al menos al día de hoy México depende de muchos sectores de desarrollos tecnológicos extranjeros”, subraya.
Guillermo Garduño, experto en temas de seguridad y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), enfatiza que es extemporáneo que estemos cuidando información de las Fuerzas Armadas, ya que fue revelada por el grupo Guacamaya.
“Es demasiado tarde… Si quisieran hacerlo, lo de cuidar la información, se requiere una unidad completa de contrainteligencia que sirve para contener los ataques de espionaje de las distintas agencias nacionales y extranjeras, y es un desembolso enorme”, apunta.
El académico precisa que la declaración del Jefe del Ejecutivo federal es un pretexto, ya que la Ley de Transparencia señala desde hace años que la única información que no estará disponible es aquella que tiene que ver con la seguridad nacional.