Después de sobrevivir a un coma inducido por 45 días a causa de una enfermedad definitoria de Sida, Alaín Pinzón, director de VIHve Libre, encontró la forma de encausar su profundo cuadro depresivo brindando acompañamiento a otras personas que viven con VIH.
“Tú tienes algo importante que hacer, por eso no moriste. Tienes la obligación de encontrar qué es”, le dijo su abuelo. Así, transitó de la negación de su propio diagnóstico hasta crear una asociación civil que apoya a personas con VIH y otros padecimientos graves de forma gratuita.
Hoy, más de 60 usuarios al día le solicitan acompañamiento, orientación u otros servicios.
Entre los servicios que VIHve Libre ofrece a sus usuarios en toda el país está la entrega de medicinas, toma de muestras de diagnóstico de VIH, acompañamiento, apoyo sicológico, en especie o económico, que va desde solventar el costo por hospitalizaciones hasta gastos funerarios.
Con abrazos, sonrisas y lágrimas acompañadas de un agradecimiento, beneficiarios e integrantes de la asociación reciben a Alaín Pinzón cuando los visita, les entrega medicinas en estaciones del Metro cercanas a sus domicilios o les envía un mensaje para saber cómo va su día.
“Tenemos un grupo de apoyo nacional de entre 40 y 90 personas. El equipo de trabajo y los donativos empezaron a llegar por sí solos después de que nosotros les brindamos atención, además de que gran parte de nuestro trabajo se hace en las calles, con difusión y activismo para defender los derechos de la comunidad”, dijo.
Empezaron con la atención a portadores de VIH y personas con padecimientos derivados del mismo, pero ahora brindan apoyo a personas con enfermedades o infecciones de transmisión sexual, padecimientos graves como tuberculosis y, recientemente, viruela del mono.
Aseguró que los maltratos de las instituciones públicas, que el personal de salud se niegue a proporcionar atención por miedo a contagiarse o por discriminación, más el recorte al presupuesto destinado para atender enfermedades crónicas y el desabasto de medicinas han abonado a que las personas busquen una solución que no impliquen relacionarse con las opciones que ofrece el gobierno federal.
“Les ayudamos en lo inmediato, pero le damos prioridad a lo que pasa después en ese proceso de reinserción a la normalidad. ‘Ya no estoy tan grave’, ‘Soy indetectable’ o ‘Ya le dije a mi familia’, nos hace sentir que nuestro trabajo vale la pena, porque lo viví en carne propia”, indicó el activista.
“¿Por qué generar más procesos? Las instituciones ya están llenas de procesos, muchos de ellos inservibles. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuenta con una plantilla que trabaja porque no quiere perder su plaza, no por la responsabilidad hacia los pacientes”, manifestó.
Apuntó que con la viruela del mono ocurrió lo mismo: ante la discriminación y el desconocimiento del virus, las instituciones federales rechazan pacientes y se niegan a atenderlos, por lo que varios se han acercado a VIHve Libre para orientarse.
“Realizamos campañas con la pega de información en lugares de encuentros o donde se reúne la comunidad; difundimos mensajes o testimonios a través de nuestras redes sociales con reuniones en vivo todos los jueves y nos encargamos personalmente de resolver todas las dudas, hasta donde nos dé abasto”, indicó.
“El silencio ya no es una opción para nosotros [personas portadoras de VIH]. Vamos a continuar exigiendo el acceso a los servicios que requerimos porque ya vivimos mucho tiempo estigmatizadas y escondidas, es hora de romper el estigma”, subrayó.
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