De acuerdo con especialistas, la vacuna cubana Abdala es de primera generación, al igual que la mexicana Patria, es decir, protege contra el virus original que causa Covid-19 y no está actualizada para inmunizar contra las variantes de ómicron que actualmente son las causantes de la sexta ola en el país.
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Las únicas que son de segunda generación y útiles como refuerzo son las de Pfizer y Moderna, es decir las bivalentes, pero el gobierno de México no ha comprado éstas por preferir las del régimen cubano, que llegaron al país los días 25 de noviembre y 22 de diciembre.
A pesar de no tener efecto sobre los sublinajes BW.1 y BQ.1, descendientes de la subvariante BA.5, causante de la quinta ola, y que dominan actualmente las regiones norte y centro de la nación, entidades como la Ciudad de México, Michoacán, Durango y Veracruz la están aplicando como refuerzo.
De hecho, la revista científica The Lancet publicó los estudios de la fase III el 23 de septiembre de 2022 y puntualiza que Abdala demuestra su alto efecto protector frente a formas graves y muerte por infección por SARS-CoV-2, con un esquema completo de tres dosis, “en un escenario con claro predominio de la variante de preocupación delta”.
“Aunque la secuenciación genómica en La Habana detectó un cambio de beta a delta como la principal variante de preocupación, con la mayor circulación durante el periodo de estudio, carecemos de datos contextuales representativos de ese periodo”, especifica.
Verónica Athié, doctora en Inmunología e integrante de Vacunemos con Evidencia, señaló que no existen estudios de la vacuna Abdala en menores de 19 años ni para su uso como refuerzo en ninguna población.
A través de su cuenta de Twitter, refirió que Abdala es una vacuna a base de proteína recombinante correspondiente al dominio RBD (Receptor Binding Domain, por sus siglas en inglés) de la proteína de la espícula de la cepa original, pero que el RBD de ómicron y sus subvariantes es muy diferente al de la cepa original.
“Por tanto, los anticuerpos dirigidos contra el RBD de la cepa original, como es el caso de aquellos inducidos por Abdala, no reconocen al RBD de ómicron y sus subvariantes. Es altamente probable que la respuesta inducida por Abdala no proveerá protección contra las subvariantes de ómicron circulantes en México”, especificó.
De acuerdo con la última actualización del 8 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha avalado la vacuna Abdala ni para su aplicación de esquema primario (tres dosis) ni mucho menos como refuerzo, señaló.
“Abdala, como refuerzo, no sirve, es de esquema primario. Su eficacia ha sido evaluada bajo el escenario de personas que no tienen una sola dosis de vacuna, y mediante la aplicación de tres dosis de Abdala”, añadió.
Por su parte, Laurie Ann Ximénez-Fyvie, investigadora en mocrobiología, a través de un space de Twitter, cuestionó el porqué aplicar una vacuna como Abdala, de primera generación, “para combatir un virus que ya no existe”; cuando en el mundo ya se trabaja en vacunas de tercera generación, diseñadas para administrarse por la vía nasal y generar inmunidad en la mucosa que impida el contagio del virus.
Explicó que “la vacuna Abdala no está reconocida por la OMS, no está certificada por ninguna instancia reguladora internacional”, como la FDA de Estados Unidos o la EMA en Europa, y sólo está avalada en México, Nicaragua, Vietnam y Bolivia.
Detalló que sólo las vacunas bivalentes están diseñadas para proteger contra el virus original, la cepa ancestral y contra las subvariantes de ómicron, ya que son vacunas actualizadas para proteger contra el virus que actualmente está en circulación.
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Cabe recordar que las fases I y II del ensayo clínico de la vacuna Abdala fueron realizadas de diciembre de 2020 a febrero de 2021, pero publicadas apenas en abril de este año; mientras que la subvariante ómicron apareció el año pasado.
Durante la actual sexta ola del virus, en el mundo se han registrado los sublinajes XBB o “la pesadilla”, la BQ.1 o “perro del infierno” y la BW.1 o “Xibalbá”, las últimas dos predominantes en México.