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“Tanto las autoridades como el pueblo no estamos acostumbrados a conservar nuestra memoria escrita”, aseguró el doctor Carlos Ruiz Abreu, director del Archivo General de la Nación (AGN), en entrevista para EL UNIVERSAL.
Tenemos un diagnóstico sobre las condiciones en que me entregaron el Archivo General de la Nación, hay rezagos en todos los sentidos, sólo 25% de toda la información que conforman los acervos documentales está descrita, las administraciones pasadas no se preocuparon en describir, catalogar y digitalizar, señaló el funcionario.
Otro problema grave son las bajas documentales —proceso de transferencia de documentos gubernamentales hacía el archivo de concentración o histórico, según la prescripción de sus valores y que requiere la autorización del Archivo General de la Nación para proceder a destruir la información o bien, conservarla de manera indefinida—, admite el titular del esta área quien se dice preocupado por el rezago de cuatro mil 971 bajas en el país.
“Tengo encima a más de 4 mil entes públicos, que por ley están obligados a realizar este proceso, en espera de una autorización —de un aproximado de 9 mil—, de este nivel estamos hablando”, aseguró Ruiz Abreu.
Un 80% de los archivos en el país están en pésimas condiciones y no hay personal profesionalizado, el Sistema Nacional de Archivos (SNA) hizo un termómetro de los estados donde se ha logrado un mínimo avance.
El titular de Archivo General de la Nación comentó que las entidades de Jalisco, Zacatecas, Estado de México y Durango se han preocupado en materia de archivos, pero sólo dos han armonizado sus instrumentos legales con la Ley General de Archivos, el resto de las localidades han hecho caso omiso.
Los municipios son los que tienen mayores dificultades, pues no tienen un sistema para ordenarlos, tenemos que trabajar mucho para que un mismo modelo de gestión documental se aplique en todos los niveles de gobierno y en todos los poderes de la nación.
“En materia de archivos parece que no se recuerda que esta nación es una República federada, sino todos los miembros quieren autonomía. Si seguimos así, la memoria histórica de México está en un alarmante riesgo”, concluyó el director.