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Lucila, de 73 años de edad, tiene cuatro años participando en la marcha del 8M para pedir justicia contra el violador de su nieta Juliana, de 20 años.
El abusador sexual de su nieta, cuenta Lucila, violó a Juliana cuando tenía 15 años.
Después del ataque sexual, Juliana sufrió de cuadros depresivos, de ansiedad e incluso en tres ocasiones trató de suicidarse.
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Lucila relató que ese episodio ocurrió cuando Juliana fue invitada por la familia de una de sus amigas a pasar unos días a Acapulco.
"Ahí este hombre la violó brutalmente. Por miedo, mi nieta no habló recién ocurrida la agresión, sino después, cuando vimos que se quería suicidar", agregó.
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Lucila platica que a pesar de que Jorge Barreiro Tostado fue denunciado, nunca pisó la cárcel.
"Por eso vengo a estas en marchas para que ya no existan más casos como el de Juliana, a la que le destrozaron su adolescencia".
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