Miami.— El juicio al exsecretario mexicano de Seguridad Pública Genaro García Luna concluyó el martes en la corte de Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, con el veredicto de culpable por los cinco cargos que se le imputaban.
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Sin embargo, un misterio quedó vigente una vez terminado el juicio. ¿Y sus cómplices en Estados Unidos? “Ahora hay que ver si las autoridades van a buscar, a detener y a enjuiciar a quienes del lado estadounidense atendieron las recomendaciones de García Luna” para que el tráfico de drogas del que fue parte se llevara con éxito, dice a EL UNIVERSAL el abogado internacionalista Jaime Ortiz, desde El Paso, Texas.
Genaro García Luna, quien escuchará su condena el próximo 27 de junio, tenía un gran reconocimiento profesional durante su paso por las corporaciones policiacas mexicanas, desde el sexenio de Vicente Fox y con Felipe Calderón, quien lo nombró secretario de Seguridad Pública.
“¿Usó García Luna sus influencias para que algún político o agente estadounidense apoyara sus actividades delictivas? Sería muy interesante saber”, añade el abogado Ortiz; “pero eso no lo sabremos, porque el sistema estadounidense no funciona así”. Lo que querían, y consiguieron, es que se le declarara culpable por ayudar al Cártel de Sinaloa en el tráfico de toneladas de cocaína a EU. Expertos consultados por este diario coincidieron en que fue un juicio acomodado para que la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés) lograra su objetivo de hallar culpable a un alto exmiembro de la política mexicana.
“Se les hizo realidad su sueño dorado; eso podría explicar por qué el juicio sólo duró cuatro semanas y por qué el jurado llegó a una decisión en tan sólo 12 horas. Es increíble por donde lo veas”.
Entre los documentos de la defensa de Genaro García Luna, encabezada por César de Castro, existe una lista de altos funcionarios de Estados Unidos que, en distintos momentos, tuvieron una cercanía particular con el exsecretario de Seguridad Pública de México. El juez Brian Cogan sólo les permitió presentar cinco fotos de estas relaciones. Los elegidos fueron el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, en 2009; Hillary Clinton, secretaria de Estado, en 2009; John McCain, senador republicano, en 2008; Robert Swan Müller, director del Buro de Investigaciones Federales (FBI) de 2004 a 2008, y John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes en 2012.
Pero la lista incluye a más: John Ashcroft, fiscal general en 2002; Karen Tandy, directora de la DEA en 2003, 2007 y 2009; Michael Chertoff, secretario de Seguridad Nacional en 2007; Michael Bernard Mukasey, fiscal general en 2008; John Michael McConnell, director general de Inteligencia en 2008; Eric Holder Jr., fiscal general en 2009; Rodney G. Benson, jefe de Inteligencia de la DEA en 2011.
Se trata de una lista que suma a 26 personajes públicos de alto rango con acceso a información mexicana de la droga; varios de ellos, reiteradamente reunidos con García Luna en su época del gran policía, sin mencionar la veintena de agentes estadounidenses con quienes convivía cotidianamente en México.
Alguno de estos personajes u otros, ¿serán investigados? Porque pasar tanta droga con tanta vigilancia y tecnología a Estados Unidos no debe ser tarea fácil. ¿Por órdenes de quién se hacen invisibles las drogas mexicanas cuando ingresan a la Unión Americana? “No creo que se vaya a actuar contra ningún posible cómplice; en todo caso el más a la mano en México es Luis Cárdenas Palomino, quien ya está detenido. Pero, ¿en Estados Unidos? No, nunca, jamás. Eso no va a suceder. Y menos, mucho menos a esos niveles”, subraya Jaime Ortiz.
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Pero aún no termina el coletazo de este juicio, ya con García Luna hallado culpable y habiendo cuatro meses de distancia para que escuche su condena, la fiscalía de Nueva York podría negociar su posible cadena perpetua si los ayuda a llegar más lejos. “Si condenar a un exsecretario de Estado mexicano era el sueño dorado para la DEA, llevar a juicio y condenar a un expresidente de México sería como la euforia del siglo; nada puede descartarse. García Luna podría ser un testigo cooperante en contra de quien ellos [la DEA] elijan”, Vicente Fox o Felipe Calderón, concluye el abogado.
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