Washington, D.C. — En un ambiente que parece un arcoíris de emociones, la capital estadounidense vivía las horas previas a las de una manera histórica.

Desde el día previo, los edificios y áreas mas relevantes del gobierno federal, incluida la Casa Blanca y especialmente el Capitolio, han sido enrejados y protegidos desde varios metros de distancia con el fin de tratar de evitar acontecimientos dramáticos como los vividos el 6 de enero de 2021, cuando seguidores del entonces presidente Donald Trump, enardecidos, trataron de evitar que se certificara el triunfo oficial del entonces candidato demócrata Joe Biden. Desde entonces, y atizado por los discursos de campaña de Trump, nuevamente candidato presidencial republicano, el temor de otro episodio de violencia está latente, y más en un día como hoy, cuando busca la revancha y regresar a la Casa Blanca, enfrentado a la vicepresidenta y candidata presidencial demócrata Kamala Harris.

La capital de Estados Unidos, conocida por su inclinación demócrata, vive entre la esperanza y la inquietud, entre el orgullo por el ejercicio democrático y el nerviosismo que solo las elecciones más disputadas pueden provocar.

El ambiente se siente especialmente cargado. María Sepúlveda, una residente de este sector céntrico, observa al mediodía, con los brazos cruzados, mientras ve pasar vehículos policiacos que hacen rondines desde temprano. Con la emoción en sus ojos, comenta a EL UNIVERSAL que “estas elecciones son cruciales para el futuro de nuestro país. Es esencial que todos participemos y hagamos oír nuestra voz sin importar lo que suceda”. Para ella y para muchos en su vecindario, esta elección no es solo una cuestión de política, sino de identidad y de dignidad.

Lee también:

Policías han sido desplegados a lo largo del centro de la capital para impedir disturbios y caos en la jornada electoral. Foto: Especial
Policías han sido desplegados a lo largo del centro de la capital para impedir disturbios y caos en la jornada electoral. Foto: Especial

En otras áreas de Capitol Hill, el ambiente es igual de temido. A lo largo de sus calles amplias y en las banquetas de cafés, los residentes hablan en voz baja, en toda clase de idiomas, no solo en inglés; como si debatieran entre sí y no quisieran que los escucharan.

Robert Andrade, quien ha votado demócrata toda su vida, confió a este medio que, en esta ocasión, se siente un tanto indeciso porque “aunque siempre he votado por los demócratas, esta vez me siento más dividido debido a la división extrema que vivimos. Siento que estamos en una encrucijada donde el odio y la división nos consumen”. No es un sentir exclusivo de Robert; en general, el temor se respira en el ambiente de la capital federal estadounidense.

Si acaso lo único festivo que se escucha son las risas, las bromas y los comentarios del turismo nutrido que se ve en cada cuadra del centro histórico de Washington DC, donde convergen edificios federales antiquísimos, con enorme historia, museos gigantescos, edificios colosales y monumentos inevitables.

Los demócratas, conscientes de su fuerte base en la capital, han organizado eventos para reforzar su mensaje y asegurar cada voto.

Avenidas convertidas en centros de propaganda

Por su parte, los republicanos, aunque minoría en Washington, no se han quedado atrás y buscan, sobre todo en redes sociales, captar la atención de los indecisos. Las avenidas de la ciudad han sido el escenario de despliegues publicitarios, marchas y eventos.

Pero más allá de los colores y las estrategias, hay un sentimiento común que todos parecen compartir, el deseo de claridad electoral. En un informe reciente, el Pew Research Center reveló que 52% de los estadounidenses confía en la seguridad del proceso electoral, pero también resaltó una marcada diferencia entre los partidarios de Harris y de Trump. Mientras los primeros son mucho más optimistas sobre la transparencia del resultado, los segundos lo observan con más escepticismo.

Una frase que circula en las discusiones parece encapsular el sentir: “Queremos una elección justa, clara y honesta”. Así lo expresa a este diario una electora republicana, quien, aunque ha estado activa en la campaña de Trump, asegura que lo único que pide es que “los resultados reflejen realmente la voz del pueblo”.

Lee también:

Hasta el momento, no hay indicio alguno de que pudiera no respetarse la voluntad popular, menos de fraude. Aun así, Trump ha atizado el miedo, alegado sin pruebas que el sistema es corrupto y que sólo con un “fraude masivo” puede perder. Los demócratas defienden la limpieza del proceso, y en los últimos días han hecho llamados a ser pacientes, considerando que los resultados pueden tardar días.

Al caer la noche, la sensación de expectativa se hace más intensa. Es como si toda la ciudad retuviera el aliento, en espera de la jornada del 5 de noviembre. Desde el National Mall hasta los vecindarios de los suburbios, Washington está atento, expectante y alerta. Las luces de los edificios federales parpadean en la distancia, como testigos de la calma tensa que precede a un evento monumental.

Washington D.C. y el país entero tienen un encuentro con la historia; una cita inédita y por demás incierta. Este momento de sus calles, de sus voces y su silencio, queda registrado como un momento en el que todos parecen ser conscientes de que este acto de votar va mucho más allá de una preferencia personal. Es la búsqueda de un rumbo, un reclamo de identidad y un llamado a que, en medio de la división, sea posible hallar un camino compartido.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios