San Luis Talpa, El Salvador.— Inquieta y frotándose las manos, la joven salvadoreña Tania Vanessa Ávalos llegó a su país a esperar los cuerpos de su pequeña hija y su esposo, muertos en México cuando intentaban cruzar el río Bravo para entrar a Estados Unidos, una tragedia que quedó plasmada en imágenes que dieron la vuelta al mundo. La mujer de 23 años, quien se salvó de ser arrastrada el domingo por la fuerte corriente del fronterizo río, llegó a El Salvador para reunirse por última vez con su familia.
Ávalos prefirió no hablar con la prensa a su llegada al aeropuerto Óscar Arnulfo Romero, de El Salvador, acompañada del viceministro de Relaciones Exteriores, Mauricio Cabrera. El vicecanciller reiteró el llamado a sus connacionales a que no emprendan el peligroso viaje a EU sin documentos.
“No pongan en riesgo sus vidas y la de sus hijos, no confíen en traficantes de personas que sólo buscan su propio beneficio y que en muchas ocasiones no cumplen con las promesas que hacen”, dijo para posteriormente continuar su camino.
Autoridades de El Salvador dijeron que los cuerpos de Óscar Martínez, de 25 años, y Angie Valeria serán repatriados vía terrestre desde México y que llegarán a El Salvador el domingo. La foto de padre e hija muertos, ampliamente difundida en redes sociales, muestra a ambos boca abajo sobre unos juncos junto a la orilla del río.
La agencia de refugiados de Naciones Unidas, ACNUR, comparó la fotografía con la del niño sirio de tres años Aylan Kurdi, quien se ahogó en el Mediterráneo.