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En las elecciones en España de este domingo habrá tanto interés en ver qué partido es el más votado como en saber cuál ocupa el tercer lugar.
Es lo que tiene de peculiar el sistema parlamentario español, tan diferente a unas elecciones presidenciales en América Latina.
De hecho, aunque no es lo común, ganar no significa necesariamente gobernar.
Se espera que los partidos tradicionales, el Partido Popular (PP, centro-derecha) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE, centro-izquierda), sean de nuevo los más votados.
Pero la clave la puede tener el partido que llegue en tercer lugar, una posición que se disputan el partido de ultraderecha Vox y la coalición de izquierdas Sumar.
De acuerdo con las últimas encuestas divulgadas a inicios de esta semana, cuando por reglas de campaña se impuso una veda informativa, el PP se perfila como el posible ganador del proceso, pero no alcanzaría la mayoría absoluta de 176 escaños (la mitad más 1 de los 350 que forman el Congreso de los Diputados) requeridos para lograr la investidura, por lo que de cumplirse ese escenario -en principio- necesitaría el apoyo de Vox.
Un eventual acuerdo para formar un gobierno de coalición entre el PP y Vox -liderados por Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, respectivamente- implicaría que por primera vez desde el inicio de la democracia habría un partido de ultraderecha en el gabinete ministerial.
Aunque la anterior es presentada como la opción “más probable”, según las encuestas, analistas no descartan la posibilidad de que el PSOE pueda permanecer en el palacio de La Moncloa, pero requiriendo el apoyo de Sumar para formar una coalición de centroizquierda, como la mantenida hasta ahora entre el PSOE y la coalición Unidas Podemos, que se disolvió en junio pasado y de la cual Sumar es heredera.
Así, los resultados que obtengan Vox y Sumar, los dos partidos que se disputan el tercer lugar en las encuestas, podrían ser clave para determinar si el próximo gobierno de España es una coalición de centroderecha o de centroizquierda.
A inicios de semana, la consultora Eurasia Group estimaba en 70% la probabilidad de que hubiera un gobierno de centroderecha y en 30% la posibilidad de que gobernara la centroizquierda.
Lee también: España, entre un giro a la derecha o el socialismo
Del multipartidismo a la repolarización
No ha sido extraño que en España el partido gobernante requiera de otros partidos para lograr la investidura.
Margarita León, profesora de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, explica que ese país se caracterizaba por tener un “bipartidismo imperfecto” en el que hubo muchos gobiernos del PP o del PSOE con mayoría absoluta, pero también ha habido otros que requirieron del apoyo de partidos minoritarios (sobre todo regionales y nacionalistas), aunque estos no llegaban a incorporarse a posiciones de gobierno.
“Ese bipartidismo imperfecto se quiebra a partir de 2015, cuando aparecen partidos nuevos como Podemos [izquierda] y Ciudadanos [centroliberal] de ámbito estatal, y los dos grandes partidos sufren mucho”, recuerda León.
Históricamente, PP y PSOE solían sumar alrededor de 80% de los votos, pero cayeron en la última década hasta representar menos del 50% en los comicios de 2019, lo que, en consecuencia, dio paso al primer gobierno de coalición de la era democrática (el actual de PSOE y Unidas Podemos).
Carmen Beatriz Fernández, consultora y profesora de Comunicación Política en la Universidad de Navarra y de Pforzheim (Alemania), señala que a partir de 2016 el sistema “había pasado de un bipartidismo a un tetrapartidismo e, incluso, a un pentapartidismo”.
Tras los comicios autonómicos y municipales de mayo pasado, cuyos resultados desfavorables al PSOE impulsaron al presidente Pedro Sánchez a convocar anticipadamente a elecciones generales, parecía que ese sistema pluripartidista iba a seguir vigente.
Sin embargo, puede haber sorpresas.
“Parecía que íbamos a estas elecciones en un escenario de debilidad de los dos grandes partidos y que, por lo tanto, no habría mayorías absolutas, sino que iba a haber necesidad de una coalición, como ha sido este último gobierno. Pero, tal y como están evolucionando las cosas, eso ya no está tan claro”, señala León.
Carmen Beatriz Fernández explica que tanto por los resultados de las elecciones autonómicas de mayo -en los que PP y PSOE sumaron 60% de los votos- como por la evolución de las encuestas en la campaña, parece que está volviendo el bipartidismo histórico.
“El PP y el PSOE están creciendo nuevamente y probablemente sumarán más de ese 60%”, apunta la experta.
Ese crecimiento se estaría produciendo gracias a la desaparición de Ciudadanos, pero también a la recuperación de espacios que habían sido ocupados por Vox y por fuerzas de izquierda.
“Las encuestas desde finales de junio muestran una clara tendencia a favor de los dos grandes partidos, PP y PSOE, en detrimento de sus aliados más pequeños y radicales: el izquierdista Sumar y el ultraderechista Vox”, señala en su análisis Eurasia Group.
Tanto el PP como el PSOE han estado haciendo un llamado al voto útil, es decir, que se aglutine el voto en los dos partidos hegemónicos que lideran los bloques tradicionales de derecha e izquierda.
“Los líderes del PP le han estado diciendo a la gente: si queremos una España distinta a Sánchez, vótenme a mí, que ya me encargo yo. No voten por delegación a terceros que entonces va a ser un poco más difícil”, señala José Luis Manfredi, catedrático Príncipe de Asturias de la Georgetown University (EE.UU) y catedrático de la Universidad de Castilla – La Mancha.
Lee también: “Venimos del futuro”, la historia de latinos que apoyan el voto a la derecha en España
Entre el gobierno “Frankenstein” y el “gobierno Francostein”
La coalición que ha mantenido a Sánchez en La Moncloa ha sido cuestionada por sus adversarios como un gobierno o alianza “Frankenstein”, por sobrevivir gracias al apoyo activo o pasivo no solamente del PSOE o de Unidas Podemos (ahora Sumar), sino también de grupos independentistas y nacionalistas catalanes y vascos.
Curiosamente, el nombre de “gobierno Frankenstein” fue acuñado en 2019 por Alfredo Pérez Rubalcaba, antecesor de Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE.
De acuerdo con Margarita León, esa coalición ha logrado un balance positivo en la gestión de sus políticas y, en especial, en el manejo de crisis como la de la pandemia de covid-19 y la guerra de Ucrania.
La experta advierte, sin embargo, que no todos los resultados han sido buenos.
“El nivel de vida de las personas, en general, ha empeorado. Hay un problema de pobreza relativa y extrema muy importante en España. A pesar de políticas como el aumento del salario mínimo interprofesional, con la llegada de la inflación esa mejora prácticamente se anula, por lo que tampoco se pueden hacer discursos triunfalistas”, señala.
La alternativa a esa coalición sería un “gobierno Francostein”, término empleado por los politólogos británicos Paul Kennedy y David Cutts para referirse a la alianza PP-Vox por significar el regreso por primera vez de la ultraderecha al poder en España desde la muerte de Francisco Franco.
Esa coalición de gobierno ya es real en el Ejecutivo de algunas regiones españolas tras las elecciones locales de mayo.
León considera que el triunfo de esa opción puede afectar negativamente algunas políticas concretas como las relacionadas con la igualdad de género y con la inmigración, temas clásicos de la extrema derecha en los que Vox se ha centrado.
“Hay mucha evidencia empírica que muestra que cuando esto sucede, lo que acaba consiguiendo la extrema derecha es que la derecha más moderada se mueva hacia posiciones más restrictivas en algunos ámbitos de política pública”, señala.
Carmen Beatriz Fernández, por su parte, considera que el impacto de Vox en una coalición de gobierno estaría acotado por el marco europeo en el que está inserta España.
“Las políticas públicas en España y en Europa en general tienen muy poco juego porque tienes unas líneas estratégicas y unas líneas macro que están definidas por Europa y por el Banco Central Europeo. En política fiscal y política monetaria, que son dos ejes vertebrales de las políticas públicas, puedes hacer muy poco”, señala.
Es el de Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, que llegó al poder en 2022 con un programa de ultraderecha similar al de Vox que ha ido moderando una vez al frente del gobierno.
Fernández indica, además, que dada las tendencias en las encuestas en las últimas semanas no es descartable un escenario en el que, por ejemplo, aunque el PP no logre una mayoría absoluta de escaños sí consiga un número lo suficientemente alto que le permita formar un gobierno en minoría sin presencia de Vox, gracias a la abstención de otras fuerzas políticas minoritarias o, incluso, del PSOE
En España, para que un gobierno puede ser investido durante la primera votación en el Parlamento necesita 176 votos. Pero, si no lo consigue, puede presentarse a una segunda votación en la que le basta con tener más votos a favor que en contra.
Eurasia Group considera que esa posibilidad podría hacerse realidad si el PP logra entre 155 y 160 escaños y estima en 15% la probabilidad de que este escenario se materialice.
Por contraste, las probabilidades de que continúe una coalición de izquierdas PSOE-Sumar se ubicarían en 30%, y que se forme una de derechas es del 55%.
Así, las probabilidades de que Vox o Sumar terminen formando parte del próximo gobierno lucen altas, si no fallan las encuestas.
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