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Miles de catalanes votaron ayer en una consulta acerca de su deseo de declarar la independencia de Cataluña, la cual había sido declarada ilegal por el gobierno español.
Sin embargo, la presión policial y la falta de garantías sobre la limpieza de los resultados convirtieron el referéndum en una enorme protesta contra la falta de voluntad de dialogo entre ambas partes.
Al final de la jornada, el presidente de la Generalitat, (el gobierno autónomo Catalán) Carles Puigdemont, declaró la legitimidad del proceso, que tuvo 2 millones 262 mil 424 votos, con 90% de apoyo al “sí” a la independencia. En Madrid, el presidente del gobierno español dijo que no hubo ningún “referéndum en Cataluña”, dejando claras las diferencias.
Desde muy temprano quedó claro que la consulta planteada por la Generalitat (el gobierno autónomo catalán) no cumpliría los estándares democráticos. La presión de los tribunales españoles desactivó la posibilidad de una votación con garantías, mientras que las autoridades locales restaron cualquier apariencia de legalidad a la consulta al permitir que los ciudadanos votaran con papeletas impresas en casa y en cualquiera de los 2 mil 315 colegios electorales de la comunidad, gracias a que había activado un “censo universal” que no se conocía hasta ese momento.
El objetivo de la medida era que el previsible cierre de locales electorales por parte de la policía no dejara a la gente sin emplazamientos para votar. Sin embargo, poco después el Ministerio del Interior español anunció que había desactivado ese censo, que funcionaba por internet, abriendo la posibilidad de que una misma persona repitiera su voto en distintos colegios, como diversos periodistas españoles comprobaron ayer que sucedió.
La jornada fue de enorme tensión. La policía catalana (Mossos d'Esquadra) incumplió la orden judicial de cerrar los colegios electorales. Por eso, fueron los miles de policías nacionales y guardias civiles trasladados a Cataluña quienes se ocuparon, en algunos casos con extrema violencia, de retirar urnas y clausurar locales. Según la Generalitat, hubo 844 heridos por choques con la policía, dos de ellos se reportan graves.
En el colegio Infante Jesús, la escuela de jesuitas donde votó el ex presidente catalán Artur Mas, cientos de personas esperaban desde las seis de la mañana para formar un escudo humano que impidiera el acceso de la policía.
Los temores se cumplieron sobre las 8:30 horas, cuando casi un centenar de agentes antidisturbios, equipados con cascos, protecciones y macanas, cerraron la calle por ambos extremos y, sin mediar provocación, comenzaron a arrastrar por las piernas a los ciudadanos que se sentaban frente al colegio. Entre las personas que recibieron golpes de la policía hubo ancianas que sangraban copiosamente.
La intervención tuvo que frenarse cuando uno de los ciudadanos retirados por los antidisturbios sufrió un ataque epiléptico, con convulsiones y amagos de asfixia. En un principio los policías continuaron con el desalojo, pero el riesgo de que el herido falleciese los obligó a detenerse y avisar a una ambulancia.
La tensión había crecido tanto en la calle que los agentes finalmente debieron replegarse entre cánticos de los ciudadanos que continuaban rodeando el colegio.
Al respecto, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, felicitó a la Policía Nacional y la Guardia Civil por su desempeño y dijo que cumplieron con su obligación.
Durante el resto de la jornada, grupos de votantes fueron entrando en recinto, con aplausos de quienes permanecían como escudo humano en el exterior. Votaron mostrando su carné de identidad, que los voluntarios de la mesa apuntaban a mano por los problemas con el sistema.
Pese a los intentos de la policía de impedir la votación, la Generalitat aseguró que menos de 10% de colegios electorales llegaron a ser cerrados. Las votaciones terminaron a las 20:00 horas, como estaba previsto.
Puigdemont denunció que “la imagen exterior del Estado español ha llegado a unas cuotas de vergüenza que le acompañará para siempre”, en referencia a las imágenes de miembros de la Guardia Civil golpeando a ciudadanos, que dieron la vuelta al mundo. “Los catalanes hemos ganado mucho más de lo que habíamos conquistado hasta hoy”, aseguró.