LEGAZPI, Filipinas.- La lava se derramó el lunes del cráter del volcán más activo de las Filipinas, ante lo cual las autoridades les advirtieron a decenas de millas de pobladores que están preparados para evacuar si esta erupción gradual se convierte en una peligrosa explosión.
Más de 13 mil personas han partido de las comunidades agrícolas —la mayoría de ellas pobres— en un radio de 6 kilómetros (3,7 millas) del cráter del volcán Mayón, en evacuaciones obligatorias desde que la actividad volcánica se incrementó la semana pasada. Pero un número no especificado de residentes permanecerá dentro de la zona de peligro permanente debajo del Mayón, un área que desde hace tiempo fue declarada restringida para la gente, pero la cual ha estado habitada durante generaciones porque las personas no tienen otro lugar a dónde ir .
Debido a que el volcán comenzó a arrojar lava el domingo por la noche, la zona de alto riesgo alrededor del Mayón podría ampliarse si la erupción se torna violenta, dijo Teresito Bacolcol, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología. Bacolcol no permite que, si eso ocurre, las personas que se encuentran en cualquier parte de la zona de peligro ampliada estén preparadas para evacuar hacia los refugios de emergencia.
“Lo que estamos viendo ahora es una erupción expansiva”, le dijo Bacolcol a The Associated Press. “Estamos observando (la evolución de) esto día a día”.
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A cierta distancia, los periodistas de la AP vieron la lava fluir hacia las barrancas del sureste del volcán durante horas el domingo por la noche. Las peronas salían apresuradamente de restaurantes y bares en un paseo marítimo de Legazpi, la capital de la provincia nororiental de Albay, ubicada a unos 14 kilómetros (8,5 millas) del Mayón. Muchas de ellas tomaron fotografías del volcán, un popular atractivo turístico conocido por su pintoresca forma cónica.
La renovada montaña también ha provocado miedo y consiguió nuevos sufrimientos.
Marilyn Miranda dijo que ella, su hija y su madre de 75 años, que recientemente sufrió un derrame cerebral, huyó el jueves de su vivienda en una aldea ubicada dentro de la zona de peligro en el poblado de Guinobatan e intentaron refugiarse en una calurosa secundaria convertida en centro para evacuados. Su sobrino regresa a su casa a diario, al igual que otros hombres de su empobrecido vecindario rural, con el fin de proteger sus viviendas y sus animales de granja, dijo.
Desde el atestado centro de evacuación, se sintieron aterradas al ver los flujos de lava brillante rojiza-anaranjada precipitándose por la pendiente del Mayón el domingo por la noche. “Teníamos esta sensación de que nuestro fin está cerca”, le dijo Miranda a la AP, rompiendo a llorar.
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