San José.— Heredero del gobierno peruano más débil del siglo XXI, el primer vicepresidente Martín Alberto Vizcarra Cornejo asumirá hoy la presidencia de Perú ante el Congreso Nacional en reemplazo del dimitente mandatario Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien le dejó diminutos márgenes de maniobra legislativa.

Vizcarra aceptó la noche del miércoles sustituir al gobernante para completar el resto del quinquenio, que concluirá el 28 de julio de 2021.

Con su predecesor atrapado en un creciente escándalo de supuesta corrupción, por negar y luego aceptar que recibió más de 4.7 millones de dólares por asesorías a la constructora brasileña Odebrecht de 2004 a 2013 y quedar ahora a expensas judiciales, Vizcarra tiene también su pasado de escándalos.

En 2017 fue obligado a renunciar como ministro de Transporte por una presunta irregularidad financiera en la construcción de un aeropuerto.

Hoy se convertirá en el octavo presidente desde el retorno de la democracia a Perú en 1980 —tras los regímenes militares instalados en 1968— y encabezará el noveno gobierno constitucional en 38 años.

Vizcarra jurará un día después de cumplir 55 años y con experiencia como gobernador del sureño departamento de Moquegua entre 2011 y 2014. También fue ministro de Transporte del gobierno de Kuczynski, entre julio de 2016 y mayo de 2017. Actualmente se desempeñaba como embajador en Canadá y primer vicepresidente.

Durante su paso en Transporte fue criticado por la oposición política por apoyar la construcción de un millonario aeropuerto por parte de una empresa que donó dinero a su campaña electoral con PPK en 2016 y a la que se extendería una concesión estatal por 40 años y se entregarían 590 millones de dólares.

“Daremos cacería sin cuartel a todos los actos iguales, parecidos, de corrupción que existan en la administración pública”, alertó ayer el congresista peruano Víctor García Belaúnde, del opositor partido Acción Popular.

“Por lo del aeropuerto, fui muy crítico, pedí la renuncia de Vizcarra y renunció finalmente, asumió su responsabilidad porque políticamente cometió un error. En la parte penal, se le enjuició y no se le encontró culpable de nada”, declaró García Belaúnde a EL UNIVERSAL.

Precisó que una diferencia entre PPK y Vizcarra es que “Kuczynski tiene un pasado de tráfico de influencias y conflicto de intereses imborrable, porque hizo negocios con el Estado estando [trabajando] en el Estado. Eso no lo tiene Vizcarra, por suerte”.

Tras defender su inocencia, Vizcarra canceló el contrato aeroportuario y dimitió en mayo de 2017, pero continuó de vicepresidente y en octubre asumió como embajador en Canadá, desde donde viajó de regreso a Perú para instalarse a partir de hoy en el Palacio de Gobierno como flamante jefe de Estado.

Sin sentarse todavía en el sillón presidencial, Vizcarra —cuyo arribo a Lima está programado para hoy alrededor de las 00:30 horas de Perú (23:30 del jueves de México), procedente de Toronto— enfrenta un choque en el Congreso, donde está en minoría, fragilidad que golpeó a su antecesor. El hombre, bautizado en honor a Martín de Porres, el más famoso de los santos peruanos al que sus padres, César Vizcarra y Doris Cornejo, invocaron para clamar por su curación por un padecimiento pulmonar al nacer, reveló ayer al diario El Comercio, el principal de Perú, en un contacto en el viaje desde Canadá, que en unos 10 días tendrá listo a su gabinete.

El Congreso abrió ayer una sesión que proseguirá hoy para debatir si aceptará la renuncia de Kuczynski, la que podría rechazar para continuar con la destitución por “incapacidad moral permanente” por la trama Odebrecht.

Si los congresistas la aceptan, la previsión es que Vizcarra jure el cargo en torno al mediodía.

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