Jerusalén.— El primer ministro Benjamin Netanyahu se encaminaba a lograr un quinto mandato tras las elecciones legislativas de ayer. De acuerdo con la prensa local, escrutado 99% de los votos, estaba en mejor posición para formar gobierno con los partidos de derecha que su rival, el militar retirado Benny Gantz.
Según los datos del Comité Central Electoral, con más de 3.9 millones de los votos escrutados, el Likud, de Netanyahu, obtendría un 26.47% del apoyo, frente a un 26.11% de Azul y Blanco, de Gantz. Cada uno tendría 35 escaños. Más de 6.3 millones de electores fueron convocados para elegir los 120 diputados que los representarán en la Knesset (Parlamento). El Likud, con un grupo de partidos aliados de la derecha se quedarían con entre 65 y 67 bancas.
La participación electoral en estos comicios fue de 4 millones 16 mil 310 votantes, alrededor de 67%, casi cuatro puntos menor que en los anteriores comicios legislativos de 2015, señaló el digital local Times of Israel.
“Estoy muy entusiasmado por nuestra tremenda victoria”, afirmó Netanyahu. “Esta noche ya comencé a conversar con los líderes de los partidos de derecha, nuestros aliados, y casi todos ya han expresado públicamente que me recomendarán para formar gobierno”, dijo, al anunciar que se propone conformar la coalición lo antes posible para construir un gobierno “fuerte y de derechas”. “Siento una emoción muy grande por el apoyo de la gente de Israel, que confió en mí y esta vez más que nunca”, agregó Netanyahu, quien destacó su “dedicación por Israel. Funciono de día y noche para el país, para nuestra patria”.
Su opositor Benny Gantz también se dijo vencedor. Exclamó: “¡Ganamos!”, y afirmó que “estas elecciones tienen un claro ganador y un claro perdedor”.
Netanyahu, en el poder de forma consecutiva desde 2009 después de un primer mandato entre 1996 y 1999, lucha por su supervivencia política. El líder conservador enfrenta una posible acusación por tres casos de corrupción y las elecciones eran consideradas un referéndum sobre su gobierno. Los últimos sondeos divulgados el viernes mostraban a Netanyahu detrás de Gantz.
Una vez confirmados los resultados, se abrirá en los próximos días un periodo de intensas negociaciones para formar un gobierno de coalición. Depende del presidente Reuvén Rivlin considerar, a la luz de las recomendaciones de los partidos del Parlamento, qué partido designará para tratar de formar el gobierno.
Durante la campaña, los partidos rivales se acusaron mutuamente de corrupción, fomentar el fanatismo religioso y ser blandos en materia de seguridad. Netanyahu destacó durante la campaña su estrecha relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien generó la profunda molestia de los palestinos al reconocer en 2017 a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada del país estadounidense a la ciudad santa en mayo del año pasado.
En un inusual giro en el conflicto israelí-palestino, Netanyahu alarmó aún más a los palestinos al prometer durante la campaña anexar los asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada si es reelecto. Los palestinos buscan que un potencial Estado tenga su sede ahí y en la Franja de Gaza, con Jerusalén Oriental como su capital.
El presidente palestino Mahmoud Abbas dijo a periodistas en Cisjordania: “Esperamos que elijan el camino justo, en la dirección correcta, para alcanzar la paz”.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, dijo que los israelíes votaron a favor de “mantener el statu quo e incluso de la ocupación de Palestina”. “Han votado por el Apartheid y por una ocupación eterna”, señaló en un tuit.