Miami.— El respaldo de y a las visas H1-B ha desatado fricciones con los republicanos más radicales de MAGA, que rechazan toda idea de migración, exhibiendo fracturas en el movimiento del presidente electo de Estados Unidos.

Musk advirtió que defenderá el programa de , que buscan atraer a Estados Unidos a talento altamente calificado, y prometió “ir a la guerra” para mantenerlo. Se trata de un programa que, ha dicho, ha contribuido al éxito de sus empresas, como Tesla y SpaceX. Trump dijo que “siempre he sido partidario de las visas H-1B. Las he utilizado muchas veces. Es un gran programa”. Hace unos días defendió que estas visas “nos permiten atraer a los mejores talentos del mundo, algo que he utilizado muchas veces en mis negocios”.

Pero los MAGA ultras defienden que “primero los estadounidenses”, y reclaman priorizarlos en las contrataciones. Steve Bannon, exasesor de Trump y uno de los firmes apoyos de MAGA, se lanzó contra Musk y lo que llamó la “estafa de los oligarcas de Silicon Valley para quitar los puestos de trabajo a los ciudadanos estadounidenses”.

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“No hay nada de malo en los trabajadores estadounidenses o en la cultura estadounidense. Todo lo que tienes que hacer es mirar la frontera y ver cuántos quieren lo que tenemos. Deberíamos invertir y priorizar a los estadounidenses, no a los trabajadores extranjeros”, dijo a su vez la exembajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley.

Laura Loomer, defensora a ultranza de Trump y de las teorías de la conspiración, fue más allá de las visas y dijo que la elección de Sriram Krishnan, de origen indio, como asesor en política de inteligencia artificial en la nueva administración del republicano, y quien favorece la idea de llevar a Estados Unidos a más migrantes calificados, “no es una política que ponga a Estados Unidos primero”.

¿Qué son las visas H-1B?

El programa H-1B está diseñado para abordar la escasez de talento especializado en el mercado laboral estadounidense. Para que una empresa contrate a un trabajador extranjero bajo esta visa, debe cumplir con varios pasos legales. Funciona bajo un sistema de lotería: con un límite de 85 mil visas anuales (65 mil para visas estándar y 20 mil para posgraduados), el sistema opera bajo un modelo de selección al azar debido a la alta demanda.

Sin embargo, el sistema no está exento de críticas. Abogados y trabajadores señalan que el proceso es largo, caro y genera incertidumbre, especialmente por su dependencia del patrocinio del empleador. Algunos expertos critican que Silicon Valley, meca de las firmas tecnológicas, ha abusado de este tipo de visas y dejado fuera a estadounidenses con las mismas capacidades.

La comunidad legal también ha contribuido al debate. Susanna Visconti, abogada de inmigración en Texas, comentó a EL UNIVERSAL que “las visas H-1B son esenciales para la competitividad económica de Estados Unidos. Pero, para que el sistema funcione bien, se necesitan controles más estrictos para evitar abusos”.

Visconti señala casos donde empresas subcontratistas han utilizado el programa para reducir costos laborales, en lugar de atraer talento altamente calificado.

Jeff Rago, abogado con sede en Nueva York, tiene otra perspectiva. “Proteger a los trabajadores estadounidenses no significa limitar el acceso a talento extranjero. En muchos sectores, especialmente en tecnología, simplemente no hay suficientes estadounidenses calificados para cubrir la demanda”, explica.

Linda Ferraro, experta en derecho laboral, subrayó que “el programa necesita transparencia y un enfoque renovado en las renovaciones de visas. Muchos trabajadores se enfrentan a años de incertidumbre que afectan su estabilidad laboral y emocional”.

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Estrés e incertidumbre

Hay quienes gozan de la H-1B y no se sienten muy cómodos. Anita Larma, ingeniera de software en una reconocida empresa tecnológica, describe a este diario el impacto de la visa en su vida profesional. “Llegué a Estados Unidos con el sueño de contribuir a proyectos innovadores y la H-1B me permitió hacerlo. Pero el proceso es estresante y siempre hay incertidumbre sobre si podré renovar mi visa o quedarme”.

Carlos Roviera, investigador en biotecnología, dijo que “trabajar bajo la H-1B implica atarte a un empleador. Esto limita tu libertad profesional y genera una sensación de vulnerabilidad constante”.

Aurora Goncalves trabaja como CEO en el área digital para una empresa tecnológica especializada. “Yo aprecio mucho mi visa, me ha cambiado la vida; cierto que para cambiar de trabajo necesitaría otro patrocinador, pero también es cierto que cumpliendo cinco años con la visa puedo hacerme residente legal y ya no depender de nadie”. Empresarios como Rafa Patell, fundador de una startup tecnológica, pide “simplificar el acceso” a estas visas para firmas como la suya.

Pero entre MAGA, el debate es otro: “No a los migrantes. ¡América para los americanos!”.

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