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San José.— En busca de descanso, la anestesióloga costarricense María Cedeño Quesada viajó sola un fin de semana de julio pasado en su vehículo a una playa del sector central del litoral de Costa Rica en el océano Pacífico y se hospedó en un hotel que, por efecto del Covid-19, quedó casi vacío en esos días. El paseo terminó en la fatalidad: la mujer, de 43 años, murió tras sufrir agresiones sexuales y los tres presuntos feminicidas, ligados al hotel, están presos.
El caso sacudió a Costa Rica —con datos oficiales de 366 feminicidios de 2007 a 2020— y recordó el sombrío panorama que viven las mujeres en este 2020 en América Latina y el Caribe: asesinato, tortura, suicidio, violación sexual, aborto inseguro, explotación sexual comercial, agresión doméstica, embarazo infantil, juvenil y no deseado, marginación socioeconómica y migración forzada.
El escenario surgió al recordarse hoy, por primera vez en una pandemia, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha, creada en 1999 por la ONU, remite a los asesinatos en 1960 de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal en República Dominicana por repudiar al dictador Rafael Trujillo, quien gobernó en ese país de 1930 a 1961.
Las voces coinciden: la emergencia sanitaria aumentó los casos de agresiones en contra de ellas. “No hay nada que celebrar”, adujo la italiana Annalisa Melandri, de la (no estatal) Comisión de Derechos Humanos de República Dominicana. “La violencia contra las mujeres tampoco disminuye. El mal que hay que combatir de raíz es el machismo”, dijo Melandri a EL UNIVERSAL.
Una “tortura” es que, ante embarazos indeseados por violación, centenares de miles de mujeres se exponen al aborto inseguro, recalcó. El Fondo de Naciones Unidas para la Población reveló que, en 2020, la tasa de natalidad por cada mil niñas de 15 a 19 años llegó a 95 en Venezuela; 92 en Nicaragua; 89 en Honduras; 79 en Guatemala; 76 en Panamá; 74 en Guyana y El Salvador; 72 en Paraguay y 71 en Bolivia, Ecuador y México. Chile, con 26; Uruguay, con 36, y Trinidad y Tobago, con 38, ocuparon puestos inferiores. Belice con 64; Surinam con 57; Haití con 55; Argentina con 54; Brasil con 53; Cuba y Jamaica con 52; República Dominicana con 51; Costa Rica con 59 y Perú con 44 estuvieron en los intermedios.
Es sólo uno de los tipos de violencia contra la mujer que proliferó este año. La pandemia dio a muchos hombres una ventaja: ya no tenían que esforzarse para ais- lar a sus víctimas; el virus lo hizo por ellos. “El tapabocas no nos calla, vivas nos queremos”, rezaba la pancarta de argentinas que, en medio de la pandemia, protestaron este año por la violencia de la que son víctimas. La violencia contra la mujer en Latinoamérica no ha parado de crecer en los últimos años. Los asesinatos de mujeres en México pasaron de 3 mil 752 en 2018 a 3 mil 893 en 2019, según el (estatal) Instituto de Estadística y Geografía.
Colombia reportó 6 mil 770 mujeres víctimas de asesinatos, suicidios, accidentes de tránsito y otros en 2018 y 2019, según cifras oficiales. De enero a septiembre de 2020 y por esas causas, murieron mil 907 y, sin saldo fatal, 57 mil 382 sufrieron violencia interpersonal e intrafamiliar, delito sexual o percances viales, aseguraron.
Guatemala, El Salvador y Honduras registraron 7 mil 993 feminicidios de 2015 a 2019 y Perú con 600 de 2013 a 2018, de acuerdo con documentos oficiales. Sólo en los primeros meses de confinamiento se registraron 12 feminicidios y 226 violaciones, de las cuales 132 eran menores de edad. Todas ellas en aislamiento, confinadas y desprotegidas ante sus asesinos o violadores, de acuerdo con datos de Naciones Unidas.
Informes estatales puntualizaron que Chile superó los 20 feminicidios de enero al 15 de junio de 2020 y que, de las 44 de 2019, la menor tenía 17 años y la mayor 85. Estudios independientes precisaron que Argentina alcanzó 255 de enero a octubre de este año, con 275 en 2018 y 327 en 2019, y que Nicaragua, con 59 en 2018, sumó 69 de enero al 12 de noviembre de 2020. A consulta de este diario, la argentina Elena Reynaga, presidenta de la (no estatal) Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe, destacó que por la crisis sanitaria “la gente estuvo encerrada y hubo mucha violencia familiar contra las mujeres”.
En su declaración con motivo del Día de Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, se refirió a las formas de violencia que han sufrido ellas en estos meses como “la pandemia en la sombra”. Subrayó: “Hemos visto cómo el mundo entero respondió ante la pandemia por coronavirus, poniendo manos a la obra... La violencia que los hombres ejercen contra las mujeres es también una pandemia; precede y sobrevivirá al virus. También necesita de una respuesta global y coordinada que cuente con protocolos de aplicación”.