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Nuevos videos difundidos en redes sociales dan cuenta del horror que vivieron los alrededor de 3 mil asistentes a un festival musical en el desierto israelí cuando milicianos de Hamas, armados hasta los dientes, comenzaron a disparar.
De acuerdo con las cifras más recientes, 260 personas fueron masacradas y otras tantas secuestradas, incluyendo una tatuadora israelo-alemana, Shani Louk, cuyo video se volvió viral. Un joven mexicano, Orión Hernández, novio de Shani, se encontraba con ella y desde entonces no hay noticias de él
Uno de los videos muestra a Louk, bailando alegremente antes de terminar en la camioneta de miembros de Hamas, semidesnuda, golpeada e inconsciente.
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De acuerdo con testimonios de sobrevivientes, sobre las 06:30 de la mañana del sábado, con los primeros rayos del sol, las alarmas antiaéreas y el sonido de los cohetes lanzados desde Gaza obligaron a parar la música del festival Tribe of Nova. El sonido de disparos hizo que los asistentes entraran en pánico y comenzaran a correr.
Uno de los videos muestra cómo comenzó todo, con la gente bailando hasta que las balas interrumpieron la fiesta. La grabación muestra las heridas que sufrieron varias personas.
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Los servicios de emergencias israelíes dijeron que encontraron rastros de una matanza sin precedentes.
En un video, otro sobreviviente, entre lágrimas, narra cómo unos 30 lograron encontrar refugio, hasta que la gente de Hamas llegó, comenzó a disparar y a lanzar granadas. Vio morir a su amigo frente a sus ojos, sin poder hacer algo para ayudarle.
El evento tuvo lugar a en las afueras del kibbutz Reim, ubicado a menos de diez kilómetros de la valla de separación que atravesaron cientos de milicianos del movimiento islamista Hamas, desencadenando una guerra que ha dejado ya más de 900 muertos y 2 mil 600 heridos en Israel y al menos 560 fallecidos y 2 mil 900 heridos en Gaza por los bombardeos israelíes de represalia.
Los sobrevivientes afirman que muchos se escondieron en los árboles, pero los milicianos de Hamas los cazaron allí y los obligaron a bajar.
"Estaba en la fiesta, pasando el rato con mis amigos y sobre las 06.30 escuchamos las sirenas por los misiles que venían desde Gaza. Intentamos salir de la zona de la fiesta pero entendimos que muchos terroristas habían venido a masacrarnos", relató a EFE Gal Raz, israelí de 31 años, desde su vivienda en las afueras de Tel Aviv.
"Intentamos escapar, pero la ruta estaba bloqueada por autos cuyos pasajeros habían sido asesinados por los terroristas. Vimos muchos cuerpos", agregó el joven, que desde entonces casi no sale de casa y que, ante el llamado del Ejército para alistarse a la reserva, explicó que no sentía estar en condiciones de servir.
Otro de los videos muestra cómo se llevan a algunos de los asistentes, que gritan aterrorizados, clamando por sus vidas.
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Raz, que con los primeros cohetes y el ruido de disparos se separó del amigo con el que había acudido, decidió entonces escapar rumbo al sur con otro grupo de israelíes, pero a pocos metros dieron con una emboscada de milicianos palestinos que abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaban.
"Logramos escapar pero el coche se detuvo y tuvimos que seguir a pie", narra. Su plan entonces fue correr a la comunidad más cercana, a seis kilómetros, pero sus familiares les informaron de que Hamás había tomado el control de varias localidades cercanas y les sugirieron esconderse entre la maleza.
Allí permaneció junto a cuatro personas, acostado y con la cabeza junto a la tierra, viendo pasar a milicianos a pocos metros de donde estaba, durante las ocho horas que tardó en llegar el Ejército. Fue en ese momento cuando pudo observar a través de su celular un vídeo en el que veía a su amigo, Avinatán Or, siendo secuestrado y llevado a Gaza junto a su novia, Noa Argamani, imágenes que se viralizaron rápidamente en las redes sociales.
Desde entonces conviven en el la tristeza, la desesperación y la furia. Si bien expresa frustración por la lenta reacción de las fuerzas de seguridad israelíes, su ira apunta contra las milicias palestinas: "Después de lo que hicieron el sábado, Hamas y la Yihad Islámica Palestina deben dejar de existir".
"No solo se llevaron a Avinatán y a Noa, se llevaron a madres, mujeres embarazadas, niños, personas mayores. Sólo vinieron a causar pánico y desastre a nuestra gente", añadió Raz, que se ha sumado a una campaña para presionar por la liberación de las más de 100 personas capturadas por Hamas. Otros testigos aseguraron que las mujeres fueron violadas en el mismo lugar, para luego ser asesinadas.
En otra grabación, se ve a los jóvenes arrastrarse por el suelo, entre soldados israelíes, mientras se escuchan los disparos de la gente de Hamas.
Entre la incontable cantidad de israelíes que buscan desde el sábado a sus seres queridos sin obtener respuesta, está Daizy Moshe, cuyo hermano menor, Oz Moshe, no ha dado señales de vida desde que intentó escapar del mismo festival.
Esa madrugada, el joven de 24 años se comunicó con su hermana por videollamada mientras huía del ataque tras haber recibido tres disparos: uno en una pierna, uno en el pecho y otro en la espalda.
"Estuvimos en contacto durante unos 15 minutos, se escuchaban los disparos y las explosiones de fondo y Neomí, su novia, hablaba con los servicios de emergencias para que le dijeran cómo ayudarlo", narra en diálogo con Efe Daizy.
"En un momento él me dijo que le habían disparado a la chica que conducía y ahí comencé a escuchar gritos desesperados, seguidos de una ola de disparos. Luego fue todo silencio. Estuve 10 minutos en la llamada, en silencio", cuenta, con la voz rota y recién llegada del funeral de Neomí, cuyo cuerpo fue identificado ayer por una muestra de ADN.
Tras no recibir información sobre su hermano, Daizy viajó junto al resto de su familia rumbo al lugar del festival para intentar encontrarlo.
"No encontramos su auto, su cuerpo, nada. Vimos muchísimos coches destruidos y cuerpos por todos lados. No hemos hallado tampoco a sus amigos, creemos que están todos muertos o secuestrados, pero la única información que recibimos es lo que vemos en televisión", añade. El asedio duró más de tres horas. Horas de puro horror.
** Con información de EFE