Las columnas de lava del volcán Cumbre Vieja seguían engullendo todo lo que encontraban a su paso en su lento descenso hacia la costa de la isla de La Palma, en el archipiélago español de Canarias (suroeste), disparando la preocupación por la posible emisión de gases tóxicos.
A dos días de la erupción y tras evacuar a casi 6 mil personas, la destrucción por lava y residuos de magma se ha hecho notar en la isla española.
Un repunte de la actividad del volcán, que entró en erupción el domingo por la tarde, obligó a evacuar a otras 500 personas en la noche del lunes y ya son 6.000 los desplazados en esta isla frente a las costas del noroeste de África.
Las impresionantes columnas ardientes arrasaron árboles, invadieron carreteras y lograron penetrar en algunas casas.
A más mil grados Celsius, estas columnas de fuego avanzan a una velocidad media de 700 metros por hora.
Las impresionantes lenguas grises y naranjas de lava siguen bajando lentamente del volcán arrasando con los árboles, carreteras y viviendas que encuentran a su paso, según muestran las imágenes que publican autoridades y vecinos.
Por ahora, la erupción del Cumbre Vieja ha destruido 166 construcciones y la lava cubre 103 hectáreas de La Palma, según el sistema europeo de observación espacial Copernicus, que publicó en Twitter una imagen satelital de la isla con las zonas afectadas.
Según expertos, la actividad del volcán Cumbre Vieja podría durar “varias semanas o pocos meses”, debido a los yacimientos de magma en su interior
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