Un entrenador de futbol americano en una escuela de Oregón evitó una tragedia en un colegio , gracias a su rápida reacción hacia un estudiante que tenía en su poder una escopeta.
Keanon Lowe
es considerado un verdadero héroe en Portland, la ciudad más grande del estado de Oregón, Estados Unidos.
El hecho sucedió hace cinco meses, pero el video del momento en el que Lowe desarmó al joven y evitó una tragedia se ha hecho viral en los últimos días.
¿QUÉ PASÓ?
El 17 de mayo del 2019, Ángel Granados-Díaz, de 19 años, llegó a su colegio, el Parkrose High School, de Portland, con una escopeta totalmente cargada.
Ingresó a un salón de clases con el arma camuflada en su abrigo, pero algunos compañeros la alcanzaron a ver.
Algunos de ellos, después del incidente , dijeron que fue “un momento aterrador” y que intentaron esconderse y cubrirse, según lo contado a la cadena KOIN 6 News, afiliada a la CBS y encargada de publicar el video de los hechos.
El momento del desarme se dio después de que Lowe, quien estaba en el aula se abalanzara y tomara el arma, “mientras los estudiantes salían corriendo y gritando”.
“Analicé todo muy rápido, vi sus ojos y su expresión y entendí que era real, que el arma era real. Luego, mis instintos se hicieron cargo”, contó el entrenador al canal de TV.
En el video, se ve al entrenador saliendo del salón con la escopeta en la mano derecha, al tiempo que intenta alejar a Granados-Díaz de ella con la izquierda.
Una vez se la entrega a otro profesor que se acerca a la escena, abraza al joven, quien intenta separarse por algunos instantes, sin éxito.
“Sentí compasión por él. Tuvimos una conversación y se vino abajo, yo solo quería que supiera que estaba allí para ayudarlo, para salvarlo. Le dije que esta es una vida que vale la pena vivir”, agregó.
En medio de la tensión por la situación, el colegio fue cerrado y los estudiantes evacuados. Granados-Díaz, por su parte, fue capturado.
CONDENA
El pasado 10 de octubre, el implicado fue declarado culpable, por un tribunal del condado de Multnomah, de dos cargos: posesión ilegal de un arma de fuego en un edificio público y de posesión ilegal de un arma de fuego cargada en público.
El joven se declaró culpable y su sentencia fue libertad condicional por 36 meses , tiempo en el que deberá recibir tratamientos de salud mental y de adicción. También tiene una orden judicial que le impide acercarse al colegio.
Durante las investigaciones, se determinó que Granados-Díaz quería suicidarse y que solo apuntó el arma a él mismo. Además, había hecho declaraciones suicidas a allegados y estaba bajo los efectos del alcohol el día de los hechos.
“Algunos problemas de depresión y salud mental jugaron un papel en este incidente”, aseveró Adam Thayn, el abogado del joven.
lsm