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Lisa Edwards, una mujer de 60 años con discapacidad, murió de un accidente cerebrovascular después de que se le negara atención médica en un hospital de Knoxville, Tennessee.
Imágenes grabadas por la policía local dan cuenta de cómo la mujer es arrestada por negarse a abandonar el Centro Médico Regional Fort Sanders, el pasado 6 de febrero.
Mientras ella intenta razonar con los oficiales, primero a la entrada del hospital y luego en la camioneta, ellos le dicen que no será aceptada, que ya fue rechazada de dos clínicas, a pesar de que ella insiste en que se siente mal, se nota que le cuesta trabajo coordinar las palabras y afirma que se va a desmayar , revela el video.
“Sé que tienes algunos problemas, pero tienes que encontrar la manera de marcharte de aquí. No quiero que esto se convierta en una situación por la que tengas que ir a prisión”, dice uno de los agentes.
Edwards explica que se rompió el tobillo y que tiene un ictus , que no ha sido atendida, pero el agente revira y dice que los médicos ya la dieron de alta.
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Ante su negativa a marcharse, es llevada a una furgoneta para trasladarla a prisión. “No puedo, me vas a romper”, dice ella a los agentes que intentan subirla. Señala que se va a desmayar, pero no le creen. Luego dice que necesita su bolsa porque ahí tiene un inhalador, pero un agente responde que no hay inhalador alguno en la bolsa.
Conforme avanza la grabación, la piel de Edwards se va poniendo grisácea y es cada vez más notorio cómo arrastra la voz , uno de los síntomas clave de apoplejía.
Edwards llora y les grita que la van a matar, y los oficiales, ya molestos, le advierten que o coopera para subir al vehículo o la meterán como puedan. Luego le dicen que "recibirá más cargos" por su actitud rebelde y uno de los agentes afirma que están "cansados de su mierda de peso muerto".
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Una vez adentro del vehículo, la mujer insiste en que se siente mal y los oficiales en que estará bien. El vehículo avanza en dirección al centro de detención Roger Wilson, pero en el camino, el agente Timothy Distasio se detiene para parar un coche que conducía de forma temeraria. Es entonces cuando descubre que Edwards no respondía en el asiento trasero del coche.
Distsio llama por radio a compañeros y señala que no sabe si la mujer “está fingiendo”, cuando lo cierto es que había sufrido un derrame cerebral.
El video muestra al agente sacudiendo a Edwards mientras le grita “¡Despierta!”. Finalmente, llega una ambulancia para llevarse a la mujer. La familia de Edwards dijo que "no pueden creer el modo en que fue tratada. No se merecía que la trataran así, nadie se lo merece”.
De acuerdo con lo que han explicado a medios, Edwards quedó físicamente discapacitada en agosto de 2019 después de sufrir su primer derrame cerebral, pero todavía estaba mentalmente sana.
Su nuera August Boylan, enfermera, dijo al medio WATE: “Es totalmente irrelevante cómo llegó a donde estaba esa mañana. Toda esa situación que se desarrolló durante un periodo prolongado de tiempo es horrible, absolutamente horrible. Puede que los agentes de policía no hicieran nada intencionadamente criminal para que le ocurriera nada, pero sin duda fueron negligentes y no respetaron la vida humana, ni las necesidades básicas, ni nada”.
Añadió que “no tienes que ser un profesional médico para saber cuáles son los signos de un derrame cerebral. Y se puede ver en ella, de principio a fin”.
El martes pasado, la oficina del fiscal del distrito del condado de Knox anunció que no se habían presentado cargos contra los agentes implicados. Según la oficina del fiscal, Edwards murió por causas naturales y la interacción de las fuerzas del orden no causó ni contribuyó a su muerte.
La policía de Knoxville ha informado de que se está llevando a cabo una investigación interna para determinar si se infringió alguna política o procedimiento del departamento, y que los agentes implicados están actualmente de baja remunerada.
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