Brasilia.— Pese a que su primer año de mandato estuvo marcado por retrocesos en áreas como el medio ambiente, la educación y la cultura, y recibió la desaprobación de la ciudadanía durante los primeros 10 meses, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó este periodo de “victorioso”.
“Que Brasil continúe siguiendo el camino de la prosperidad y que este sea un año tan victorioso para el pueblo brasileño como lo fue en 2019”, escribió en su cuenta de Twitter en el saludo de Año Nuevo que dio al pueblo.
El mandatario, quien además recalcó que en este año “trabajaremos día y noche [para] cambiar el destino de nuestra nación”, recibió el 2020 en el Palacio de la Alvorada en Brasilia, donde reside, y en compañía de su familia, en una decisión de último momento, ya que días atrás se había desplazado hasta Bahía, donde anunció que estaría hasta el 5 de enero junto con su hija menor.
Aunque Bolsonaro es optimista, el balance de su primer año de gestión, que se cumplió ayer, es negativo por las políticas conservadoras que impulsó contra la educación y la cultura para enfrentar a la “vieja política” centrada en el pensamiento de los de izquierda.
La aprobación de su gobierno estuvo en declive consecutivo durante los primeros 10 meses de mandato, pero tuvo una leve recuperación a partir de octubre con los resultados de las políticas neoliberales que aplicó en materia económica. Según una encuesta de la firma Datafolha, el índice de aprobación, que era de 32% en abril, cayó a 29% en agosto y se estabilizó en 30% en diciembre.
Reajuste salarial
El presidente Bolsonaro decretó oficialmente un reajuste de 4.1% del salario mínimo, de 998 reales (249 dólares), en 2019, hasta mil 39 reales (unos 260 dólares) para 2020. Es la primera vez en la historia brasileña que supera los mil reales. El nuevo monto que rige a partir de hoy fue determinado por la aplicación de la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), de enero a diciembre de 2019, informó la víspera el gobierno brasileño.
Este incremento ligeramente superior al determinado por su equipo económico que consideraba tenía que hacerse sólo para reponer la inflación de 2019, estimado en 3.8% tras haberse situado en 3.22% entre enero y noviembre.