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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se adjudicó la victoria de la muerte del líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al-Bagdadi, y pretende sacarle provecho.
“Esto es lo más grande que hay”, dijo Trump en una aparición en la Casa Blanca, luego de anunciar la incursión de las fuerzas especiales estadounidense en Siria. La operación fue, según los informes de Estados Unidos, un notable éxito de recopilación de inteligencia, de cooperación con múltiples potencias extranjeras que intervienen en la guerra en Siria.
Amenazado por un proceso de juicio político en Washington y afectado por las críticas generalizadas por sus políticas en Siria, a Trump le sienta bien esta victoria de cara a las elecciones presidenciales de 2020. Anoche mismo fue abucheado en el juego de beisbol entre los Astros de Houston y los Nacionales de Washington.
La muerte de Al-Bagdadi, dijo, fue más grande que la del fundador de Al-Qaeda y autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Osama bin Laden, asesinado en Paquistán en 2011 por soldados estadounidenses durante la presidencia del demócrata Barack Obama.
“Osama bin Laden era grande, pero se hizo grande por el World Trade Center. [Al-Bagdadi] es un hombre que construyó un todo, un país, como a él gustaba asegurar”, declaró Trump. Al anunciar la ejecución del líder del EI, aseveró que “murió como un perro, como un cobarde”. Dijo más temprano: “Abu Bakr al-Bagdadi está muerto”.
El mandatario republicano explicó que el líder de EI se suicidó con un cinturón de explosivos al final de un túnel, junto a sus tres hijos, al ser perseguido por militares estadounidenses. “Murió (...) gimoteando, llorando, gritando”, subrayó.
El tiroteo, abundó, fue intenso y hubo “muchas explosiones”. No hubo heridos entre las fuerzas estadounidenses, sólo un perro militar en el túnel, detalló Trump, quien esperó a dar la noticia una vez que se confirmó la identidad de Al-Bagdadi.
La operación implicó el despliegue de ocho helicópteros que volaron durante una hora desde una base no revelada y contó con el apoyo de Rusia, Siria, Turquía e Irak, dijo.El presidente Trump felicitó a las fuerzas especiales y los servicios de inteligencia de su país por una “operación muy, muy peligrosa” y asimismo agradeció la cooperación internacional y de los kurdos para localizar al dirigente del EI.
Horas antes del anuncio oficial, Trump escribió un enigmático mensaje en la red social Twitter en el que aseguraba que “algo muy grande acaba de ocurrir”. Este hecho influye de manera positiva en la imagen político-electoral del magnate, ya que, según Jean Pierre Filiu, profesor del Instituto Sciences Po de París, la muerte de Al-Bagdadi “representa un golpe terrible para una organización que lo había proclamado califa en 2014”.
Sin embargo, precisó a AFP que “no es seguro que la pérdida [de Al-Bagdadi], aunque sea tan simbólica, afecte fundamentalmente a la dirección operativa de Daesh [Estado Islámico], en manos de líderes aguerridos y experimentados”.
Así, la muerte de Al-Bagdadi le brinda a Donald Trump una ocasión perfecta para contraatacar a las polémicas más recientes que han afectado en su gestión y posible intento de reelección.
Entre las criticas que hay hacia la popularidad del presidente está su deseo de sacar a Estados Unidos de lo que él califica como guerras “estúpidas” en Medio Oriente y Afganistán, lo que hizo en las semanas pasadas al retirar a efectivos de Siria. La decisión, aunque fue vista con peculiar agrado entre muchos de sus votantes, para la élite de Washing-ton, incluido gran parte de su Partido Republicano, fue considerada como peligrosamente “ingenua”.
Lindsay Graham, senador republicanos de alto rango que criticó al presidente por la medida de retirar, fue uno de los primeros en declarar que había previsto su postura. “Este es un momento en el que los peores críticos del presidente deberían decir: ‘Bien hecho””, dijo: “[Lo de] Siria tiene sentido para mí”.
