Medios en Estados Unidos y Latinoamérica destacan hoy en sus sitios la noticia de la muerte del cantante mexicano Vicente Fernández .
El diario estadounidense The Washington Post publicó la nota “ Vicente Fernández , rey de la música ranchera, muere a los 81 años”. En ella, señaló que el mexicano cantaba himnos “sobre vaqueros, pleitos de enamorados, peleas de gallos y tequila, convirtiéndose en uno de los cantantes más populares de México”.
La National Public Radio (NPR) también publicó un obituario de Fernández, a quien describió como uno de los “íconos culturales más grandes de México, adorado por su voz aterciopelada y su devoción por las canciones sobre la tradición rural: sobre el cortejo y el honor, las peleas de gallo y los rodeos, la pasión y los corazones rotos”.
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En Latinoamérica, el diario guatemalteco Prensa Libre puso como principal la nota del deceso de Fernández, de quien hizo un recuento sobre sus altibajos de salud, y señaló que “el charro de Huentitán” tendrá su serie biográfica, producida por Netflix y la colombiana Caracol Radio.
En el diario colombiano El Tiempo dedican una serie de notas al cantante mexicano, “ídolo de la música mexicana”. El presidente Iván Duque expresó su pesar por la muerte de Fernández y destacó que “la música está de luto”.
La cadena CNN dio también la noticia y recordó la frase que dijera en algún momento el cantante mexicano: “Yo soy de ustedes, hasta que Dios me recoja”, mientras que la cadena Telemundo interrumpió la transmisión en vivo de las celebraciones a la Virgen de Guadalupe para informar sobre la muerte de cantante.
El obituario de la cadena británica BBC News , titulado “Vicente Fernández, el rey de la ranchera en México”, subrayó el precio que pagó el mexicano por la fama.
“En 1998, meses antes de que el cantante se ganara una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, su hijo mayor, Vicente Jr., fue secuestrado”.
La fama del “Charro de Huentitán”, prosiguió, “atrajo el tipo de atención equivocado”. Recordó que los secuestradores cortaron dos dedos a Vicente Jr ., quien fue liberado cuatro meses después tras el pago de un rescate de unos 3.2 millones de dólares.
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Aun así, recordó el medio británico, Vicente Fernández nunca quiso dejar su patria y aseguró que “Viviré toda mi vida en México. De mi país sólo me sacarán con los pies por delante”.
BBC News señaló que “Chente”, conocido “como rey de la música ranchera, era un tesoro nacional, símbolo de la cultura popular conocido y amado por millones. Su voz y su inmensa popularidad tanto en su país como en el extranjero le granjeó comparaciones con Frank Sinatra y Elvis Presley , así como decenas de premios. Creó, además, una dinastía musical, con sus hijos Alejandro y Vicente Jr. Convirtiéndose en músicos enormemente exitosos”.
Uno de los obituarios más elogiado ha sido el de Los Angeles Times : “Vicente Fernández, ícono musical mexicano de generaciones, muere a los 81 años”.
“Las rancheras románticas de Vicente Fernández e himnos folclóricos atemporales definieron la garra y el romanticismo de su patria turbulenta, canciones de amor, corazones rotos y héroes de la clase trabajadora que lo convirtieron en ícono cultural de generaciones de fans a lo largo de Latinoamérica y más allá”, comenzó Los Angeles Times (LAT) su obituario.
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Fernández, considerado el rey de las rancheras, se convirtió, dijo LAT, en un intérprete “que parecía eterno”.
El diario recordó que el mexicano comenzó su carrera en las esquinas de Guadalajara, que grabó más de 50 álbumes y vendió decenas de millones de copias, “casi la mitad de ellas en Estados Unidos”. En 1998, retomó, recibió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, lo que él llamó su “más grande trofeo”.
“Bendecido con una voz de ópera y un sentido majestuoso del espectáculo, Fernández era reconocido por mezclar la virtuosidad musical con el corazón teatral, las tradiciones folclóricas… Era visto como el último de su clase”, explicó el diario, quien mencionó los sobrenombres “apropiadamente épicos” que recibía Fernández: “El Número Uno, el Hijo del Pueblo, el Rey de la Canción Mexicana. Pero para su legión de fans, era “Chente”, diminutivo de Vicente, una presencia tan omnipresente y prolongada que, como cualquier miembro de la familia, podía ser invocado con un sobrenombre sencillo”.
Fernández, continuó el obituario, “era una representación de México mismo, al menos de un México más viejo, idealizado. Respaldado por el mariachi, cantaba de ranchos y cantinas, de honor y patriotismo, saludando a aquellos que no tenían un centavo pero eran felices; con el corazón roto, pero orgullosos”.
agv