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San José.— Tras declararse defraudada por México por negarse a desconocer el nuevo sexenio consecutivo que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, iniciará mañana, la opositora venezolana María Corina Machado alertó ayer que en su país, más que una dictadura, existe un “régimen criminal” de terroristas, narcotraficantes, guerrilleros y mafiosos que destrozaron la democracia y amenazan al Hemisferio Occidental.
Machado, una de las principales figuras de la oposición, catalogó, en entrevista telefónica desde Caracas con EL UNIVERSAL, de ilegítimos los comicios de mayo de 2018, en los que Maduro se reeligió tras asumir el cargo en 2013 por la muerte del entonces presidente Hugo Chávez. Maduro ha rechazado estas y otras acusaciones en su contra. “Hoy necesitamos a nuestros hermanos mexicanos”, adujo, al lamentar que México se negara el pasado viernes a unirse en Perú al Grupo de Lima para desconocer a Maduro como presidente a partir de mañana.
“Sin alimentos, medicinas, educación ni seguridad, en Venezuela nos jugamos el futuro de millones de venezolanos que no han nacido. Vamos a derrotar a Maduro, a reconstruir a la nación en democracia y respeto a los derechos humanos”, adujo esta ex diputada e ingeniera industrial de 51 años y castigada hace cinco por el gobierno con impedimento de salida del país por su labor opositora.
¿Qué sentimiento hay en Venezuela con el nuevo periodo de Nicolás Maduro?
—Una gran esperanza de que la comunidad internacional tome las acciones para desnudar al Estado criminal y obligarlo a salir del poder. Es un régimen ilegítimo y criminal vinculado a las mafias más complejas y peligrosas, desde los cárteles de la droga pasando por la guerrilla colombiana hasta el terrorismo islámico. Todos operan hoy en Venezuela intrínsecamente vinculados a Maduro y a su régimen.
La única manera de la transición a la democracia para reconstruir al país es aplicar toda la fuerza interna y externa para que Maduro y su régimen entiendan que deben irse ya.
¿Va Venezuela hacia una férrea dictadura?
—Va hacia la disolución de la nación, si esto no se detiene. Esto no es una dictadura: es un Estado criminal, muy distinto y más dañino, perverso y destructivo. Los mexicanos deben entender que más de 70% del territorio venezolano está bajo control de grupos irregulares armados externos, en negocios ilícitos que financian actividades terroristas en todo el mundo. Desde aquí pretenden, con recursos oscuros del crimen, expandir su modelo a otras zonas del Hemisferio Occidental. Es un problema de absoluta prioridad para la democracia latinoamericana y global.
Venezuela va a una situación dantesca. El éxodo podría multiplicarse. Si se han ido tres o cuatro millones de venezolanos, podrían ser ocho o diez. El hambre y la miseria llegan a niveles que ni nos imaginamos. ¡Esto hay que pararlo! Maduro no permitirá ningún cambio político por vía electoral.
La única manera de resolver este grave conflicto transnacional y criminal en Venezuela es asumiendo lo que son: un sistema criminal que solo entiende de la fuerza. Y fuerza no es violencia: es toda la fuerza internacional diplomática, financiera, judicial y policial sincronizada con la fuerza interna de la gente y las instituciones republicanas.
Si descarta la vía violenta, ¿cuál es el camino?
—Convoco a los venezolanos a desconocer la tiranía y avanzar por la articulación de todas las fuerzas cívicas para la ruptura del sistema y reconstruir a Venezuela. Logramos que la comunidad internacional entienda su corresponsabilidad, ante la instalación de un proyecto transnacional del crimen en Venezuela.
No puede pretenderse que los venezolanos solos vamos a resolver esto. La declaración del Grupo de Lima es un paso histórico indispensable que pasa de la retórica diplomática a la acción concreta.
¿Se sintió defraudada de que México, por el principio no intervención en asuntos internos de los estados, rechazó desconocer a Maduro con el Grupo de Lima?
—Absolutamente sí, porque sé que eso no es lo que piensa y siente el pueblo mexicano. Sé que el pueblo mexicano nos acompaña en estas horas trágicas de Venezuela y quiere manifestarnos su respaldo con posiciones muy firmes de su gobierno.
Esto no es un tema ideológico de izquierda y derecha. Dejó de serlo hace mucho tiempo. Frente al crimen organizado y la justicia, la corrupción y la transparencia, no hay punto medio. Aspiro a que el gobierno de México asuma una posición de enorme firmeza ante un Estado criminal que ha hecho un daño devastador a Venezuela y es una amenaza real y profunda para la estabilidad y la seguridad del hemisferio.