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Caracas.— La capital de Venezuela vivió ayer una jornada tensa luego de que se registraran disturbios tras la sublevación de 27 militares contra el mandato del presidente Nicolás Maduro, cuyo gobierno anunció la captura de los uniformados.
En la madrugada, un grupo de efectivos de la Guardia Nacional (GNB) asaltó un puesto militar en el barrio de Petare (en el este de la capital), de donde sustrajo armas, y luego se atrincheró en el cuartel del barrio Cotiza (norte), donde fueron detenidos, informaron las Fuerzas Armadas.
El número dos del chavismo, Diosdado Cabello, precisó que el sargento Alexander Bandres Figueroa dirigió la insurrección y figura entre los 27 arrestos, 25 de los cuales ocurrieron en el cuartel.
Tras la fugaz sublevación, pobladores de Cotiza, Los Mecedores y otros barrios del norte de Caracas se enfrentaron con piedras, palos y botellazos con agentes antimotines que les lanzaban gases lacrimógenos y balas de goma. Varios manifestantes resultaron heridos, de acuerdo con AFP.
“La nevera está vacía, ya está bueno de esta dictadura”, dijo una manifestante a periodistas. Varios vecinos salieron a las calles con sartenes gritando consignas contra el gobierno, mientras otros tocaban cacerolas desde los balcones.
“Estamos con ellos, si ellos se unen con nuestro país estamos con ellos, vamos a estar en las calles. ¡Libertad!”, gritó una mujer en Cotiza.
Después de enterarse del hecho a través de videos que los uniformados publicaron en redes sociales, los vecinos de ese sector trancaron una calle con basura y un vehículo abandonado al que prendieron fuego.
En un video, un uniformado que se identificó como Bandres Figueroa dijo desconocer a Maduro como presidente y pidió apoyo a los venezolanos: “Aquí está la tropa profesional de la GNB en contra de este régimen al cual desconocemos completamente (...). Pueblo, salgan, ustedes querían que las Fuerzas Armadas prendiéramos la mecha, aquí la estamos prendiendo”, expresó.
“¡Queremos que Maduro se vaya, estamos cansados!”, gritó un hombre tras una refriega con agentes antimotines enviados a la zona para dispersar la protesta. Los manifestantes denunciaron que los uniformados les lanzaron bombas lacrimógenas.
Medios locales informaron que las protestas continuaban anoche en algunos barrios de Caracas.
A la agitación se sumó una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, leal al gobienro de Maduro) que declaró nula la junta directiva parlamentaria presidida por el joven opositor Juan Guaidó y reiteró el fallo judicial de 2016 que declaró en desacato al Parlamento y nulas sus decisiones.
Bajo el liderazgo de Guaidó, el Congreso —de mayoría opositora— declaró a Maduro “usurpador” tras juramentarse el 10 de enero para un segundo mandato considerado ilegítimo por varios gobiernos, y prometió una amnistía para los militares que lo desconozcan.
“Hacemos un llamado a la Fuerza Armada a restablecer el orden (...). Este Parlamento se mantiene firme con las decisiones tomadas, tenemos un foco muy claro”, dijo Guaidó, quien se ha dicho dispuesto a presidir el gobierno de transición.
En tanto, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó ayer que espera que el gobierno de Venezuela cambie rápidamente, indicando su apoyo a la salida del mandatario Nicolás Maduro tras una reelección no reconocida por la comunidad internacional.
El hecho ocurrió antes de las manifestaciones convocadas para el miércoles por la oposición y el gobierno, en lo que será el primer gran pulso en las calles tras las protestas que dejaron unos 125 muertos en 2017.
Cabello advirtió que lo ocurrido “genera decisiones fuertes”: “El Estado se va a imponer, venga la violencia de donde venga, de adentro o de afuera, no nos va a temblar el pulso”.
De acuerdo con opositores y analistas, el incidente puso de manifiesto descontento en las Fuerzas Armadas, pero el episodio parecía involucrar sólo a oficiales de bajo rango con poca capacidad para forzar un cambio político en el país.