San José. – Cuando el escritor derechista peruano Mario Vargas Llosa se lanzó en 1990 como candidato a la presidencia de Perú, centró su campaña electoral en humillar a los empleados públicos de ese país y compararlos con monos de zoológicos y, empeñado en convencer con sus propuestas neoliberales de choque, prometió cerrar instituciones oficiales para adelgazar el tamaño del Estado, bajar su déficit financiero y fomentar su eficiencia.

Vargas Llosa falló con el experimento electoral en el que, sostenido en un plan económico de “shock”, se aventuró hace más de 33 años y su caso podría repetirse en los comicios de 2023 en las urnas en Argentina con el economista ultraderechista argentino Javier Milei, cuya plataforma como aspirante presidencial se basó en programas para cerrar ministerios y otras entidades públicas.

Temerosos de perder sus empleos, los trabajadores estatales peruanos votaron contra Vargas Llosa y a favor del matemático y agrónomo peruano Alberto Fujimori, defensor inicialmente de políticas paulatinas de reacomodo económico, aliado de la izquierda y luego convertido en dictador derechista y hoy preso por corrupción y atrocidades contra los derechos humanos. Para el intelectual peruano, encumbrado ya en 1990 a la catedral de la cultura universal, la derrota ante “el chinito” desconocido fue humillante y se retiró de la política.

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Con el temor de quedarse sin trabajo en un país en el que, como Argentina, el Estado es un vital empleador, las ofertas socioeconómicas de Milei, del opositor partido La Libertad Avanza, podrían atemorizar a los votantes y llevarlo a una derrota como la que los empleados públicos peruanos asestaron a Vargas Llosa.

“El Estado no es la solución. El Estado es el problema”, proclamó Milei en la campaña por las elecciones PASO —Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias— del domingo anterior en Argentina, al exponer su oferta política de reducir el tamaño gigante del aparato estatal y disminuir las cifras deficitarias de las finanzas públicas.

“Se acabó el ‘curro’ (engaño, simulación, estafa) de la política” con el botín del empleo, gritó, en una arenga al anunciar que, si triunfa en las rondas electorales de octubre y noviembre próximos, cerrará 11 ministerios: Turismo y Deporte; Cultura; Mujeres, Género y Diversidad; Obras Públicas; Ambiente y Desarrollo Social; Ciencia, Tecnología e Innovación; Trabajo, Empleo y Seguridad Social; Transporte; Salud; Educación; y Desarrollo Social.

El aparato sería refundido en ocho ministerios, dos nuevos —Capital Humano e Infraestructura— y seis —Defensa; Seguridad; Economía; Justicia; Relaciones Exteriores; e Interior— ya existentes, detalló.

“Son planteamientos lunáticos”, afirmó la abogada argentina Mariela Belski, directora ejecutiva de la sección para Argentina de Amnistía Internacional (AI), organización mundial no estatal de derechos humanos con sede en Londres.

“Desmantelar los ministerios significa reducir personal, pagar indemnizaciones y un montón de gastos. Se deja a muchísima gente sin trabajo. Pensar que toda esa gente sin trabajo se va a ir tranquila a su casa es utópico. Argentina es conocida por sus movilizaciones (callejeras)”, dijo Belski a EL UNIVERSAL.

“Hablamos de mucha gente que trabaja hace muchos años en el Estado que se va a quedar sin trabajo y se le afectarán sus derechos a seguridad social y salud”, aseveró.

Al destacar que “es mucha gente”, insistió: “¿Qué está pensando (Milei) que hará esa gente? No se va a quedar en casa: habrá movilizaciones, reclamos, juicios. Es un montón de dinero que le va a costar al Estado. Y habrá mucha gente en la calle, muy enojada y movilizada”.

“Anunció que cerrará Ciencia y Tecnología porque dijo que no sirve para nada. ¡Es impresionante la desvalorización que da al conocimiento científico y tecnológico!”, alegó.

Con 45,8 millones de habitantes, el desempleo en Argentina llegó en junio de 2023 al entorno de 7% de Población Económicamente Activa (PEA), según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Banco Mundial precisó que Argentina registró en 2022 una PEA de 21 millones 424 mil 68 personas, por lo que hay casi millón y medio de desocupados.

Cifras oficiales de este mes precisaron que hay unos 17 millones en pobreza, en un escenario de incesante inflación, que se prevé sería de 116% a 130% a diciembre de 2023 con 94% en 2022, y devaluación. El peso argentino, que el lunes anterior abrió en 685 por dólar en el mercado paralelo, cerró ayer en 760, y en la cotización oficial se ubicó este jueves en 365,50.

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La severa derrota del oficialismo al quedar tercero en primarias acrecentó la desconfianza, en una turbulencia con Milei al acecho con sus planes de choque.

“Es probable que las propuestas de Milei generen nuevos adherentes y detractores”, anticipó el politólogo argentino Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina, organización no estatal de análisis político.

“Su propuesta de ajuste fiscal, en la medida que se empieza a detallar, es probable (que) empuje a una parte de la ciudadanía a formar (parte) de la oposición”, planteó Nejamkis a este diario.

Con las PASO, en las que los partidos definieron listas de candidatos a Presidencia, Senado y Cámara de Diputados para los comicios del próximo 22 de octubre, Milei se convirtió en la primera fuerza política de Argentina.

Milei surgió favorito para vencer a la derechista Patricia Bullrich, de la opositora Juntos por el Cambio, y al izquierdista Sergio Massa, de la oficialista Unión por la Patria y ministro de Economía de Argentina.

Si en primera vuelta ninguno obtiene el 45% de los votos o supera el 40% con ventaja de más del 10% sobre su inmediato seguidor, el 19 de noviembre será la segunda. En esa fase pelearán los dos aspirantes con más sufragios en primera y se ganará con la mayoría, para asumir la Presidencia el 10 de diciembre venidero y gobernar por cuatro años en reemplazo del izquierdista Alberto Fernández.

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