Una pareja cartagenera exige su derecho a tener sexo en la privacidad de su apartamento y asegura que los vecinos y administración del edificio donde habitan los persiguen por expresar su pasión sexual en la intimidad de su hogar.
Este lío de propiedad horizontal se presenta en el apartamento del edificio Géminis, del exclusivo sector Cielo Mar, en Cartagena de Indias.
En diálogo con EL TIEMPO, la joven, quien pide reserva de su nombre, aseguró que el pasado sábado llegó a vivir con su pareja sentimental al edificio Géminis, pues quedaron encantados con la hermosa vista que ofrece del mar Caribe y la Ciénaga de la Virgen.
“En la noche del pasado martes, pasadas las 8 p. m., en la privacidad de nuestro hogar, hicimos el amor con mi pareja, como siempre lo hemos hecho. Pero, de pronto, nos llama el vigilante para decirnos que una vecina está molesta porque escucha gritos y gemidos”, señala la joven, que puso el caso en manos de su abogado.
Pero los reclamos de esta joven van más allá y asegura que desde la administración del edificio la han señalado y humillado frente a los demás residentes del edificio Géminis.
"Primero, no debieron llamar a interrumpirnos. Pero, además, al día siguiente subió la administradora, con varios empleados, lo que es denigrante, a regañarme porque según ella yo no podía tener intimidad con mi novio en mi habitación y decirme que yo me 'tengo que controlar'", relata la joven, y agrega: "No me pueden hacer sentir culpable por disfrutar de mi sexualidad".
Según la denunciante, sus vecinos han venido grabando audios con las expresiones sexuales de la pareja. "Lo más delicado es que hay una vecina que graba nuestra intimidad, nos está espiando y comparten los audios por WhatsApp", sostiene.
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En diálogo con este diario, Viviana Navarro, administradora del edificio Géminis, asegura que lo único que le exige a la joven pareja es que midan sus expresiones sexuales para no interrumpir la paz y el descanso de las familias, con niños, de los 105 apartamentos del predio privado.
"Este es un conjunto exclusivo y jamás habíamos vivido escándalos de esta naturaleza. Y yo tengo el deber de mediar entre los residentes, y si esto se presenta en la primera semana de convivencia de estas personas, ¿qué podemos esperar de todo el año de contrato que firmó esta pareja?”, expresó Navarro.
Según la denunciante, en las últimas horas la administración le dio a entender a su pareja sentimental que "es mejor que nos vayamos del edificio".
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Según la joven, hoy es blanco de la mirada, burlas y comentarios malintencionados de los vecinos y funcionarios del edificio, motivo por el cual recurrió a un abogado para defender sus derechos a la intimidad, honra y buen nombre.
“Radicaremos hoy una queja por escrito ante el consejo de copropiedad del edificio, porque la administradora violó el debido proceso: cuando se vive en copropiedad hay un reglamento que rige todo lo que debe suceder en esa copropiedad. La administradora no podía haber hecho una reprensión y menos frente a testigos en un asunto tan sensible como la intimidad sexual de las personas”, señala Joaquín Torres, abogado de la joven.
Según el abogado, el conducto regular en este tipo de situaciones es informar ante el concejo de copropiedad para que se adelantara una investigación de acuerdo con los estatutos y reglamento de copropiedad, y se estableciera una sanción.
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“Lo que hizo la administración es un escarnio público sin un proceso previo legal de copropiedad, eso viola el debido proceso y es una violación de la dignidad humana y el buen nombre de la persona, y se trata de derechos fundamentales”, concluye el abogado Torres.
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