Beijing.— La policía de Hong Kong y los manifestantes se enfrentaron con gases lacrimógenos y cocteles molotov ayer, tras marchas contra el gobierno declaradas ilegales a las que se sumaron decenas de miles de personas y terminaron en caos, con bancos chinos y estaciones de Metro como objetivo y tiendas destruidas.
Después de dos semanas de una relativa calma, la protesta mostró que la campaña en favor de la democracia no ha perdido respaldo y que los manifestantes de línea dura seguirán enfrentándose con las fuerzas de seguridad.
“Se puede ver que las personas no cederán fácilmente su derecho a manifestarse (...) la participación de hoy [domingo] es mayor a la que esperaba”, dijo Daniel Yeung, un desempleado inconforme. “Mientras la gente siga saliendo en gran cantidad estamos seguros y podemos seguir luchando”.
El servicio del Metro fue suspendido cuando las estaciones fueron vandalizadas e incendiadas por algunos manifestantes que arrojaron bombas molotov.
En el marco del décimo fin de semana de protestas, la Corporación MTR, operadora de trenes, el Metro, tren ligero y la red de autobuses de Hong Kong, informó de la suspensión en las líneas de Tsuen Wan, Kwun Tong y West Rail por actos de vandalismo.
Manifestantes vestidos de negro erigieron barreras con neumáticos incendiados en la avenida Nathan Road del distrito de Kowloon, para impedir el paso de decenas de policías antidisturbios, reportó el diario The Standard.
En medio de las nubes de humo por el disparo de gases lacrimógenos de los uniformados, los inconformes arrojaron bombas de gasolina cerca de la estación policial de Tsim Sha Tsui. Los efectivos arrojaron con cañones especiales agua teñida de azul.