Berlín.— Al menos 170 personas han muerto por las devastadoras inundaciones del oeste alemán que han trasladado al mundo real la emergencia climática, tema prioritario ahora en la campaña para las elecciones generales que marcarán el adiós a la “era Angela Merkel”. Por la tarde se reportó que las inundaciones llegaron a Austria.

El balance de víctimas sigue aumentando a medida que los equipos de rescate acceden a las áreas más devastadas y encuentran los cuerpos de personas atrapadas por las intemperies, que también causaron destrozos materiales en Luxemburgo, Holanda y Suiza.

Según el último balance de ayer, los fallecidos eran 170: 27 en Bélgica y 143 en Alemania, que también registra cientos de heridos, concentrados mayoritariamente en los estados occidentales de Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia. A la canciller alemana se le espera el domingo en la región afectada, de vuelta del viaje oficial por Estados Unidos donde la sorprendió la catástrofe, que la forzó a una gestión virtual de la crisis.

Desde ahí ha estado “en continuo contacto” con las autoridades regionales y con su equipo de gobierno, han explicado fuentes gubernamentales. Los dos estados federados afectados son Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia.

La atención se ha centrado en este último Land, cuyo primer ministro, Armin Laschet, es a la vez el candidato del bloque conservador a suceder a la canciller. Hasta su estado se trasladó ayer el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. Laschet insistió en que su Land tiene uno de los programas medioambientales más ambiciosos del país, frente a las críticas de Verdes y ambientalistas que le acusan de concesiones a los consorcios energéticos.

Los estragos por unas inundaciones de “dimensiones históricas”, en palabras de Laschet, empezaron a revelarse el jueves. Se teme que el balance final sea aún mayor, dada la enorme destrucción provocada por las aguas y corrimientos de tierras.

Los habitantes que huyeron de sus casas amenazadas por el agua están regresando a sus hogares y muchos se encuentran un escenario desolador: viviendas semidestruidas, árboles arrancados, vehículos arrastrados por el agua, carreteras y puentes hundidos o suministro eléctrico cortado.

En la ciudad de Heinberg, cercana a la frontera con Países Bajos, hubo que proceder a evacuar a cientos de personas tras romperse un dique de contención.

Sigue la devastación

En Austria, una enorme riada, causada por fuertes lluvias caídas durante horas este sábado, ha devastado el centro de la localidad de Hallein, en el estado federado austriaco de Salzburgo, aunque sin causar víctimas humanas.

También se ha emitido una alerta de desastre para Mittersill del estado de Salzburgo y Kufstein del Tirol. La población local fue instada por las autoridades a no abandonar sus casas, no bajar a garajes y sótanos, ni acercarse a los diques del arroyo. Las autoridades austríacas esperan problemas con las crecidas de ríos en los próximos días en las regiones de Alta Austria y Estiria.

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