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Vacunas en América Latina, una batalla cuesta arriba

Expertos alertan que ni los grupos prioritarios obtendrán una dosis en este año y dicen que aunque lo ideal es inmunizar en el menor tiempo a todas las personas, eso no es realista

Un empleado sanitario vacuna contra el coronavirus a una mujer en la Casa Israel Residencia Geriatrica, en Cartago, Costa Rica. Especialistas lamentan que a diferencia de la Unión Europea, en América Latina "cada uno va por su lado". Foto: AFP
14/01/2021 |02:52
Redacción
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San José.— La meta ya es imposible de alcanzar y se complica cada 24 horas. América Latina y el Caribe deberían aplicar un millón 296 mil 296 vacunas diarias contra el coronavirus del 14 de enero al 31 de diciembre de 2021 para inocular a 70% de sus más de 650 millones de habitantes e inmunizar a unos 455 millones de personas que integran el rango poblacional que debe recibir el medicamento.

Con el agravante de que algunos fármacos exigen dos dosis y con una cifra oficial de 220 mil 871 vacunados del 24 de diciembre al 12 de enero en México, Costa Rica, Chile y Argentina y a un promedio diario de 11 mil 43, la perspectiva real para los latinoamericanos y caribeños es que el Covid-19 seguirá propagándose este año con su secuela de muerte y dolor.

“A este ritmo tan bajísimo y lento, de a cuentagotas, ni los grupos prioritarios estarán vacunados en 2021 y tardaremos de 10 a 20 años en vacunar al 70% de la población. Es preocupante”, dijo el epidemiólogo costarricense Rónald Evans, de la Unidad de Investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad Hispanoamericana, centro privado de educación superior de Costa Rica.

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“Esto es de poderío económico. Israel tiene el porcentaje más alto de población vacunada (más de 21% de sus 8.7 millones de habitantes al 12 de enero). Antes de que las vacunas fueran aprobadas, Israel entró en tratos con seis compañías, pagó por adelantado y tuvo prioridad de recibirlas temprano”, explicó a EL UNIVERSAL.

“América Latina y el Caribe están recibiendo cantidades sumamente bajas e insuficientes para el porcentaje que se requiere. Será imposible cubrir a toda la población este año y habrá que seguir con mascarillas y distanciamiento físico y social”, relató.

Luego de México, Costa Rica, Chile y Argentina, el resto de gobiernos de la zona aceleró al final de 2020 las gestiones para comenzar a recibir, en enero, febrero y marzo de este año, los primeros cargamentos de la medicina, en una actividad paralela a la preparación de la infraestructura para el procesamiento adecuado de la medicina.

Vacunas en América Latina, una batalla cuesta arriba

Lento o rápido

Para la farmacéutica colombiana Ángela Caro, especialista en epidemiología general, máster en atención farmacéutica y presidenta de la (no estatal) Asociación Colombiana de Farmacovigilancia, de Bogotá, la vacunación depende de múltiples factores que, como la producción, impiden definirla lenta o rápida.

“México tiene capacidad de producirlas y Colombia no. Depende también de la [empresa] farmacéutica con la que se negocie. No diría tajantemente que esto va lento. Lo ideal es que en el menor tiempo se cubra a todas las personas, pero eso no es realista”, afirmó Caro a este periódico.

“La producción de los laboratorios tampoco es de millones y millones de dosis que se necesitan para la población mundial. Ninguna empresa podrá producirlas todas. Otro factor es la capacidad logística de distribuirlas y de las cadenas de ultracongelación o frío. Se necesita una inversión importante e inusual por país”, subrayó.

“Hay que capacitar al equipo humano de logística, del que la aplica al que administra el proceso. Formar a ese talento que debe informar y educar con claridad al ciudadano común sobre los efectos de la vacuna implica tiempo e inversión junto a la farmacovigilancia: educarlo sobre eventos adversos reales del medicamento”, señaló.

Al frágil escenario se sumó el irrespeto a la bioseguridad en las aglomeraciones que proliferaron en diciembre en la región en fiestas de fin y de principio de año.

“La situación es muy difícil y la pandemia tampoco acabará con las vacunas. Deberemos prolongar por más tiempo el uso correcto de tapabocas, distancia social y lavado efectivo de manos”, aclaró el cirujano general venezolano Jaime Lorenzo, especialista en salud pública y director ejecutivo de la organización (no estatal) Médicos Unidos de Venezuela.

“A diferencia de la Unión Europea, que se garantiza negociar vacunas en bloque, en América Latina y el Caribe cada uno va por su lado”, lamentó, a consulta de este diario.

“Los países primero deben conocer su capacidad de mantener la cadena de frío y, dependiendo de la vacuna, el almacenamiento para evitar perderla. Es prepararse para una guerra: una gigantesca movilización al crear toda una parafernalia de recursos humanos”, explicó.

Con datos oficiales a la medianoche del 12 de enero, el área registró un acumulado de 16 millones 724 mil 800 pacientes con 535 mil 900 decesos desde que, el 25 de febrero, se confirmó el primer portador en Brasil y luego de que el 2 de este mes llegó a 15 millones 646 mil 242 enfermos y 509 mil 534 fallecidos.

Por el aumento de casos por indisciplina, “tampoco necesitamos a un policía al lado”, sino “fuerte autocontrol y disciplina”, pidió el epidemiólogo colombiano Carlos Trillos, profesor de Medicina de la (no estatal) Universidad del Rosario, de Colombia. “En la vacunación debemos actuar con responsabilidad”, adujo Trillos a este medio.

En un panorama incierto, América Latina y el Caribe se aproximan todos los días a una persistente y temible amenaza: el colapso hospitalario por saturación en una avalancha de víctimas.

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