Ginebra.— La vacuna de Pfizer/BionTech neutraliza tres variantes del SARS-CoV-2 aparecidas en Reino Unido y Sudáfrica, aunque esta capacidad de neutralización “fue ligeramente inferior” frente a una de las surgidas en este último país, según un estudio de suero a 20 personas que recibieron las dosis.
Las variantes por SARS-CoV-2 aparecidas en Reino Unido y Sudáfrica comparten la mutación N501Y, mientras que otra variante sudafricana tiene la mutación E484K, todas en la proteína Spike (S) y que “podrían elevar la afinidad” de ésta por receptor ACE2 de las células humanas, a través del cual el virus entra en ellas.
Un equipo de la Universidad de Texas, Estados Unidos, diseñó combinaciones de las mutaciones encontradas en estas variantes circulantes y analizaron sueros de 20 participantes en un ensayo clínico previamente publicado acerca de la vacuna BNT162b2 de Pfizer, obtenidos dos o cuatro semanas después de la inmunización con dos dosis espaciadas tres semanas.
En cada suero se comprobó la neutralización de la cepa no mutante del SARS-CoV-2, así como la de los virus mutantes, indica la revista Nature Medicine. La neutralización contra la mutación E484K “fue ligeramente inferior” que frente a la N501Y.
El estudio señala además que la N501Y “parece ampliar la gama de huéspedes que el virus puede infectar para incluir a los ratones”, señala la publicación.
Los autores concluyen que la continua evolución del virus “exige un seguimiento continuo de la eficacia de la vacuna para las variantes emergentes”.
En este contexto, especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) examinaron la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca, cuya eficacia es preocupantemente menor en las personas de mayor edad y frente a la variante sudafricana, haciendo incluso que ese país suspendiera temporalmente su campaña de inmunización. Por ello, la OMS pidió mantener las medidas de distanciamiento e higiene ya reconocidas.
Se prevé que la OMS tome, en breve, una decisión en torno al uso de emergencia de esta vacuna, que Reino Unido administró primero de forma masiva en diciembre, y que ya fue aprobada por otras naciones y por la Unión Europea (UE). Debido a la falta de datos sobre su eficacia en la población de edad más avanzada, algunos gobiernos decidieron recomendar su uso para personas de menos de 65 años, o incluso de 55, como en España; otros, como Sudáfrica, suspendieron sus campañas de vacunación.