Miami. El contagio de la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, de Covid-19, es la mejor prueba de que el virus no ha desaparecido. El gobierno de Joe Biden promueve ampliamente los refuerzos, recordando que se requieren dosis que funcionen contra las nuevas variantes. Sin embargo, dado que la emergencia creada por la pandemia se acabó, las vacunas han dejado de ser gratuitas.
En abril pasado, el presidente Joe Biden firmó una ley que da por finalizada la emergencia sanitaria por el Covid-19, que permitía al gobierno federal destinar fondos para impulsar los esfuerzos de combate al Covid-19, incluyendo recursos para vacunas. Biden decidió dejar en manos de la iniciativa privada la distribución y venta de las nuevas versionas de las vacunas contra el virus.
De este modo, se prevé que desde mediados de este mes, comience la distribución de vacunas bivalentes adaptadas a las nuevas variantes, que costarán entre 110 y 130 dólares (entre mil 870 pesos y 2 mil 210 pesos).
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Podrán adquirirse en farmacias, clínicas y hospitales de Estados Unidos por ese precio, aunque muchos seguros médicos de los estadounidenses cubren el costo. Aquellos viajeros extranjeros que deseen aplicarse la vacuna podrán hacerlo, pagando la cantidad indicada.
Las tres farmacéuticas que actualmente han estado trabajando de manera constante para responder lo más rápido posible a las mutaciones que van apareciendo del Covid son Moderna, Pfizer/BioNTech y Novavax. Estados Unidos ya no acepta vacunas monovalentes, porque no están adaptadas a las nuevas variantes. La vacuna bivalente cuenta con dos componentes: el primero protégé contra el virus original y el segundo contra los linajes de la variante ómicron y eris.
Hoy, la variante del Covid-19 dominante en países como Estados Unidos y Reino Unido es Eris, o EG.5, calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “variante de interés”.
Actualmente se reporta un promedio de 10 mil casos diarios, lo que representa un incremento de 23.6% en las dos últimas semanas, de acuerdo con datos de NBC News. Los internamientos en unidades de cuidados intensivos también han aumentado, 18.9%, según la misma fuente. Las muertes, en cambio, continúan a la baja. La mayoría de los pacientes ingresados (17%) se contagió de la variante Eris.
De Eris se sabe que “igual que su antecesora Ómicron, es muy contagiosa pero mucho menos mortal”, explica a EL UNIVERSAL Elmer Huerta, especialista en enfermedades infecciosas en Nueva York; Eris, señala, “no es para preocuparse de más, pero sí nos recuerda que el Covid-19 no se ha ido y tenemos que estar muy alertas para seguir detectando las mutaciones. Entendamos que la crisis ya pasó, pero no la enfermedad. Además de Eris, hay otra variante que preocupa a la OMS: se trata de la BA.2.86 aún sin nombre. Fue dada a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS), apenas el pasado 18 de agosto. Ha sido detectada en Estados Unidos, Israel y Dinamarca.
La OMS se encuentra contrariada por aun desconocer las características de esta nueva cepa y especialmente su capacidad de transmisión y mortalidad.
“Actualmente -en Estados Unidos- aún estamos en un 90% por debajo de los máximos -niveles- registrados en enero de 2022, cuando apareció ómicron; pero aun así, se han elevado los casos desde que apareció Eris” dijo a este diario un vocero de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
Otra observación dentro del monitoreo nacional en la Unión Americana es que ha disminuido sustancialmente la solicitud y aplicación de vacunas contra Covid, dentro del sistema gratuito que se mantuvo desde 2021. En su momento más crucial se contabilizaron alrededor de 240 millones de habitantes vacunados; esto es, 73% de la población que tenía al menos una dosis de la vacuna.
En cambio, de acuerdo con las estadísticas de los CDC, 2022 terminó con apenas una demanda de vacunas de 50 millones, aproximadamente. “Muchas personas tienen la sensación de que son inmunes porque se vacunaron en algún momento o porque se enfermaron, salieron adelante y creen que ya no les dará”, dice a este diario el médico Enrique Martínez, desde Texas, “no entienden que las mutaciones son nuevos virus con los que tenemos que lidiar precisamente con los refuerzos de las nuevas versiones de las vacunas”.
Las personas más vulnerables son los hombres y mujeres en sus ochenta y noventa años; también quienes se han sometido a trasplantes de órganos, los que padecen diabetes fuera de control, demencia y quienes están en quimioterapia, entre algunos padecimientos o circunstancias.
El propio CDC hace recordatorios sobre el millón 100 mil personas que han fallecido debido al Covid desde su aparición y hasta hoy. “Yo viví el infierno del Covid, me enfermé y la pasé tan mal que no sé cómo estoy vivo”, cuenta a este diario Ricardo Solís, mexicano en Seattle, Washington; “tengo amigos, conocidos que lastimosamente murieron. No es un juego. Saber que se ha podido disminuir y controlar es una bendición, pero debemos atender las recomendaciones y vacunarnos cuantas veces sea necesario”.
La afluencia de mexicanos que estuvo llegando a la Unión Americana en turismo médico para vacunarse entre 2021 y 2022, casi ha desaparecido “y ahora no sé si van a querer venir a pagar por la vacuna”, dice el Dr. Martínez. “Claro, si tienen para venir en avión y quedarse un par de días para vacunarse cuando lo hicieron, seguro vendrán y pagarán, aunque no creo que tantos como lo hicieron”.
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Las autoridades sanitarias estadounidenses han hecho un llamado importante a las personas que nunca se vacunaron y nunca fueron positivos al Covid, porque “si le da esta variante -Eris- a una persona que no tiene ningún tipo de inmunidad, puede ser severa la enfermedad” advierte el Dr. Huerta. “Afortunadamente las estadísticas en Estados Unidos muestran que al menos 96% tiene algún tipo de inmunidad”.
Los síntomas de Eris siguen siendo los mismos de Ómicron. Dolores musculares, congestión, dolor de garganta, voz ronca, estornudos, tos, alteración o pérdida del olfato o gusto. A diferencia de la primera versión del Covid19, Eris y Ómicron no presentan dificultades para respirar ni fiebre.