BERLÍN/PARÍS.— Mientras el gobierno austríaco modificó el mandato para la vacunación contra el Covid-19, que ahora abarcará a todas las personas mayores de 18 años y no de 14, en Francia, tras semanas de debate, el Parlamento adoptó el polémico proyecto de ley que sustituye el pasaporte sanitario por un pase de vacunación a partir de los 16 años.

Las autoridades austriacas además afirmaron que implementarán el plan por fases a fin de darle a la población tiempo para cumplir con el mandato.

Hace casi dos meses el gobierno anunció que impondría un mandato global para ponerse la vacuna contra el virus, siendo el primer país europeo en hacerlo.

El canciller Karl Nehammer afirmó que la propuesta “fue elaborada de tal manera que responde a la naturaleza cambiante del virus”.

La idea es que el plan pase a ser ley a inicios de febrero, pero habrá un periodo “de adaptación” para los más reticentes a la vacunación.

A partir de marzo, la policía empezará a revisar aleatoriamente el status de vacunación de la ciudadanía; quienes no cuenten con la constancia recibirán un pedido por escrito de proveerla y si no lo hacen recibirán multas de hasta 600 euros (685 dólares).

Avalan en Francia pase

En Francia, con 215 votos a favor, 58 en contra y 7 abstenciones, el parlamento aprobó la sustitución del actual pasaporte sanitario por un pase de vacunación a partir de los 16 años.

El gobierno desea que el documento entre el vigor lo antes posible ante el aumento de casos por la variante ómicron.

Con una media de 300 mil contagios diarios en la última semana, el Ejecutivo espera poner en marcha el pase de vacunación el 20 de enero.

El pase de vacunación impedirá el acceso de los no vacunados a trenes, restaurantes o cines. Es decir: solo funcionará con un esquema de inmunización completo, salvo para acceder a los servicios de salud.

El actual pase, en cambio, incluía la posibilidad de presentar un test negativo al covid-19 o haber superado recientemente la enfermedad.

Johnson va contra fiestas

El primer ministro británico Boris Johnson luchará contra la “cultura subyacente” en Dow-ning Street que permitió celebrar varias fiestas en pleno confinamiento, dijo ayer uno de sus ministros, en momentos en que el jefe de gobierno británico intenta recuperar su imagen tras la caída en picada de su popularidad.

Acusado por la oposición de “violar la ley”, Johnson anunciará medidas que incluyen la prohibición del consumo de alcohol en oficinas de Downing Street, así como el despido de varios colaboradores, de acuerdo al Sunday Times.

El miércoles, Johnson se disculpó ante la Cámara de los Comunes, pero siguen apareciendo revelaciones, como la continuación de las “copas de los viernes” en Downing Street durante la pandemia, pese a las restricciones.

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