A un año del inicio de la pandemia por el coronavirus , el mundo todavía no puede remontar un problema: la desigualdad en la distribución de las vacunas contra Covid-19 . Países con mayores ingresos realizaron compras anticipadas de las dosis y pueden vacunar varias veces a su población mientras que los países pobres quedaron rezagados.
“Los países ricos ahora poseen más de la mitad, el 55%, de las vacunas compradas, mientras que los países más pobres tienen solo el 8%. Y esta brecha no se ha cerrado”, informó a La Nación Andrea Taylor, investigador del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad Duke, Estados Unidos.
Durante esta crisis, con 2.5 millones de muertos por coronavirus en el mundo, y en un momento en el que las vacunas son un recurso limitado, hay países que tienen dosis aseguradas para más del 100% de su población. En lo más alto esta Canadá tiene una posible de cobertura de 500%, es decir que podría vacunar cinco veces a toda su población, seguido de Gran Bretaña con el 364%, y por detrás Australia y Nueva Zelanda con 243%, según los datos de Duke Global Innovation Center.
En la vereda del frente están los países que no tiene vacunas aseguradas ni para la mitad de su población: El Salvador garantizó al 15% de su población, Albania sólo al 9% o Bangladesh con 10%.
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“Es el caso de varios países también en América Latina que no han pedido suficientes vacunas. Por ejemplo, Venezuela compró lo suficiente para cubrir solo el 18% de su población y Ecuador ha ordenado una cobertura de población del 26%. Incluso con las dosis de Covax , estos países no tendrán suficiente para alcanzar los niveles de inmunidad colectiva”, aseguró Taylor.
Hasta ahora, las compras confirmadas cubren ocho mil 200 millones de dosis, con otras cuatro mil 700 millones de dosis actualmente en negociación o reservadas como expansiones opcionales de acuerdos existentes.
“El nacionalismo de las vacunas puede servir para objetivos políticos a corto plazo. Pero, en última instancia, es miope y contraproducente. No pondremos fin a la pandemia en ninguna parte hasta que la terminemos en todas partes”, recalcó Tedros Adhanom Gebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud en repetidas ocasiones en un intento de persuadir a los países para compartir las dosis acumuladas.
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A pesar del compromiso público mundial por la equidad de las vacunas, los países de ingresos altos, y que se estima que tienen el 16% de la población, tienen actualmente cuatro mil 600 millones de dosis confirmadas, los países de ingresos medianos altos tienen mil 200 millones de dosis, los países de ingresos medianos bajos tienen 599 millones de dosis y los países de ingresos bajos tienen 670 millones.
“Los países ricos necesitan donar, o diezmar, una parte de sus dosis ahora, incluso cuando todavía están vacunando a sus propias poblaciones. Esto es importante para que las poblaciones de alta prioridad puedan cubrirse en todo el mundo al mismo tiempo”, dijo Adhanom Gebreyesus.
Los modelos actuales de Duke Global Innovation Center predicen que no habrá suficientes vacunas para cubrir a la población mundial hasta 2023 o 2024.
“La Unión Africana y África CDC han liderado un enfoque de adquisición conjunta para los países africanos, lo que les ha ayudado a competir en el mercado global. Sus compras recientes son muy alentadoras y ahora han pedido lo suficiente para cubrir el 29% de la población en todo el continente. Combinado con COVAX, esto debería proporcionar una cobertura cercana al 50%”, aseguró Tyler.
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Covax es una iniciativa mundial, conformado por 172 países y liderado por la ONU , la Coalición para la Innovación en la Preparación ante la Epidemia (CEPI) y la Alianza para las Vacunas Gavi, se creó con el objetivo de garantizar un acceso justo y equitativo de vacunas para todos los países del mundo, a través de un sistema de financiación que permite que naciones con economías de ingresos bajos y medios tengan acceso a las vacunas, al menos para el 20% de su población.
“Las primeras dosis de Covax se enviaron a Ghana esta semana, lo cual es muy emocionante. Este mecanismo también puede proporcionar un mecanismo para que los países ricos donen y redistribuyan sus vacunas. Pero necesitamos que los países no esperen hasta fin de año y comiencen a redirigir las dosis ahora”, aseguró Tyler.
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