Es la mayor unidad de las Fuerzas de Defensa de Israel y sus funciones son similares a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Y de acuerdo con diversas fuentes, fue partícipe de la operación que concluyó con las explosiones en Líbano que han dejado decenas de muertos y miles de heridos: Se trata de la Unidad secreta 8200.
Una fuente de seguridad occidental dijo a la agencia Reuters que esta unidad estuvo involucrada en la etapa de desarrollo de la operación contra Hezbolá, que duró más de un año.
La Unidad 8200 es comandada por un General de Brigada cuya identidad se maneja como información clasificada.
No sería la primera vez que la Unidad 8200 se involucra en acciones de este tipo. De acuerdo con el diario estadounidense The New York Times, este grupo estuvo involucrado en el fallo de la red siria de radares que se produjo antes del ataque efectuado por las Fuerzas Aéreas de Israel a un reactor nuclear encubierto de este país.
Según la fuente de Reuters, la Unidad 8200 participó en el aspecto técnico de las pruebas de cómo podrían insertar material explosivo dentro del proceso de fabricación.
El objetivo de la unidad es evitar planes y ataques contra el Estado, sus empresas, instalaciones y sus ciudadanos, así como hacer inteligencia en las redes para escuchar que está pasando, informar y operar.
Hasta ahora ha habido dos oleadas de explosiones, una el martes, con bípers, y otra el miércoles, con walkie talkies. La primera dejó 12 miertos y 2 mil 800 heridos; la segunda, 25, y casi medio millar de heridos.
Las detonaciones afectaron a trabajadores de las instituciones civiles de Hezbolá, incluidas sus operaciones sanitarias y de medios de comunicación, así como a combatientes, asestando un duro golpe a las operaciones del grupo militante más allá del campo de batalla. No está claro cuántos civiles sin vínculos con Hezbolá resultaron heridos.
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Los atentados también pusieron de manifiesto los puntos débiles del sistema de comunicaciones de baja tecnología al que había recurrido el grupo en un intento de evitar la vigilancia israelí de los teléfonos.
El general retirado del ejército libanés Elias Hanna describió los atentados como el “Pearl Harbor o el 11-S de Hezbolá”.
El jefe del movimiento libanés Hezbolá, Hasan Nasralá, reconoció que el estallido de aparatos de comunicación de miembros de esa formación proiraní, que atribuyó a Israel, constituyó un "duro golpe" por el que prometió un "justo castigo". Nasralá denunció una "masacre" podría considerarse como "una declaración de guerra", en su primer discurso desde las explosiones.
El líder del movimiento proiraní afirmó que Israel enfrentará "duras represalias y un justo castigo, tanto donde lo espera como donde no lo espera". Con información de Agencias