San José.— Empeñado en emitir una imagen de unidad indisoluble, solidez política y fuerza popular, el régimen gobernante de Venezuela ignoró un guiño que Estados Unidos le envió en julio anterior, al levantar parcialmente las sanciones económicas a Caracas y permitir los negocios de gas licuado de petróleo (GLP) con instancias estatales venezolanas, y respondió a Washington con el arresto de un connotado adversario político.
Pese a las repetidas muestras de unión en el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y en la estructura gubernamental, judicial, legislativa, municipal, electoral, militar, policial y regional de la Revolución bolivariana, persistió una constante puja de poder entre sus más importantes personajes: Nicolás Maduro, el cuestionado presidente, y Diosdado Cabello, el número dos del régimen.
Tras consolidar el pasado domingo su mando tras 22 años y medio de gobierno chavista, y salvo sorpresas de último momento, Maduro se dispone a enviar a México a sus delegados para abrir negociaciones directas en ese país con los de la opositora Plataforma Unitaria sobre el futuro de Venezuela, bajo mediación de Noruega. El diálogo debería empezar el próximo viernes en la capital mexicana.
Lee también: Oposición en Venezuela condiciona presidenciales
Un elemento crucial sería que, si el oficialismo acepta la solicitud de la Plataforma de modificar las reglas electorales y garantizar que haya comicios libres, justos y verificables, EU levante las sanciones económicas que, progresivamente y en especial desde 2017, impuso a Caracas.
Washington sancionó a Maduro con el alegato de que violó derechos humanos, reprimió a la oposición, rompió el orden democrático y constitucional y violentó las libertades. El gobierno venezolano negó los cargos y atribuyó la profunda escasez de medicinas, alimentos y bienes básicos en Venezuela a lo que calificó como “guerra económica” de EU y exigió levantar las medidas punitivas.
Pero el 12 de julio de 2021 ocurrió una cadena de hechos que lanzó dudas sobre la real voluntad política de alcanzar acuerdos en México. La mañana de ese día, el Departamento del Tesoro de EU difundió una licencia que autorizó realizar, hasta el 8 de julio de 2022, “todas las transacciones y actividades” que involucren al gobierno venezolano y sus paraestatales para exportar o reexportar GLP, directa o indirectamente, a Venezuela, un país donde, pese a ser rico en petróleo y recursos energéticos, millones de venezolanos están obligados a cocinar con leña por la carencia de gas y los cortes del fluido eléctrico.
Sin embargo, y tras el gesto de Washington, Maduro ordenó al mediodía del 12 la detención del diputado venezolano Freddy Guevara, del opositor partido Voluntad Popular. Por temor a su integridad y desde noviembre de 2017, Guevara vivió tres años asilado en la embajada de Chile en Caracas.
Lee también: Nicolás Maduro asegura que diálogo con la oposición “va bien”
En un operativo simultáneo con la captura de Guevara, efectivos policiales allanaron ese mediodía en Caracas la residencia del opositor y proclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, en lo que coincidió con la estadía en Venezuela de una comitiva de la Unión Europea que evaluó el contexto político interno.
“El régimen lo que hizo ese día fue decirnos a sus contrincantes que somos vulnerables y que nos meterá presos cuando quiera”, dijo a EL UNIVERSAL una fuente contraria a Maduro que habló bajo anonimato. “El régimen... se metió a la casa de Guaidó y no para llevárselo preso, sino para decir que cuando le dé la gana se lo llevará preso. Pero también despreció el gesto de Washington”, alegó.
De concretarse, la cita en México se hará con Maduro fortalecido en el PSUV. Maduro “aplastó” a Cabello, aseguró el abogado, ex diputado opositor y analista político venezolano Juan García, al referirse a que el domingo pasado se realizó la más reciente competencia entre ambos dirigentes con las elecciones primarias internas del PSUV para escoger candidatos a gobernadores de los 23 departamentos (estados) y a jerarca del Distrito Capital para los comicios del próximo 21 de noviembre.
Con datos del oficialismo y conocedor a fondo de las disputas dentro del chavismo, García tuiteó que triunfaron 18 aspirantes de Maduro y sólo seis de Cabello.
Lee también: ¿Qué se sabe sobre el posible diálogo entre Maduro y la oposición venezolana?
“Se extingue el amor que los mantenía unidos superando adversidades en todo tiempo”, afirmó en un análisis previo que publicó en el diario El Nacional, de Venezuela, al plantear que “la debilidad congénita del PSUV explica mucho la actual crisis multidimensional que vive el país”.
“La pugna interna por el poder, expresada en dos extremos de fuerza que son contradictorios en sí mismos” y personalizados en Maduro, presidente del partido, y Cabello, vicepresidente, “denota una gran división en el partido del régimen”, describió.
“La escena política actual se caracteriza por una marcada beligerancia, sin deliberaciones en cuanto a la propuesta de ideas y programas. El debate conceptual quedó anulado por riñas de tipo personal, ambiciones desmedidas de una corriente sobre la otra”, aseveró. Ante el fantasma de la división, Maduro advirtió el lunes: “Ahora nos toca la unión total”.