San José. – Con diferencias por países en intensidad tras casi 24 meses de soportar el ataque del coronavirus, América Latina y el Caribe comenzaron a retornar en 2022 a la educación presencial y, sin desprenderse todavía de los cursos vía internet, a intentar revertir un proceso que lanzó al sector educativo público del área a una de las peores crisis regresivas de su historia con un fenómeno demoledor: el abandono o la deserción escolar.
Sin estrategias para recuperar el aprendizaje y prevenir el abandono de escuelas y colegios, los países latinoamericanos y caribeños registrarán pérdidas que oscilarán de 800 mil millones de dólares a un millón de millones de dólares, ratificó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2022 basada en un informe regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés) con datos desde 2020.
Ambas instituciones, que pertenecen al mecanismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), reportaron que, en promedio, ante un cierre de cinco o siete meses se perderán 0,6 y 0,9 años de escolaridad, respectivamente, lo que generaría una caída en los ingresos promedio de las naciones que fluctuaría de 9 mil 750 dólares y 15 mil 229 dólares por alumno.
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“Un riesgo asociado al abandono escolar es el incremento del trabajo infantil en la región, donde la pandemia amenaza con generar grandes retrocesos respecto del progreso obtenido en los últimos años, así como sobre las brechas de género”, puntualizó CEPAL.
“América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo que lleva más tiempo de interrupción de clases presenciales: en promedio, cerca de 56 semanas de interrupción total o parcial (más de un año lectivo que corresponde aproximadamente a 40 semanas)”, reveló, en un estudio que emitió este año.
“La educación brinda herramientas a niños, niñas y adolescentes para que puedan participar plenamente en la comunidad, al tiempo que aporta habilidades cognitivas, digitales y socioemocionales que son fundamentales para el desarrollo de las personas y la vida en sociedad. La interrupción de este aprendizaje tendrá, indudablemente, consecuencias en la formación de habilidades en las distintas etapas del desarrollo”, alertó.
Por la crisis sanitaria, los centros educativos hicieron “una veloz transición” a la educación a distancia y sin condiciones necesarias, lo que evidenció brechas “de acceso, conectividad y habilidades digitales”, indicó.
¿Es reversible esta situación al aproximarse a los dos años de que el primer contagio del virus en América Latina y el Caribe se comprobó el 25 de febrero de 2020 en Brasil?
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“No creo que sea imposible recuperarse del apagón pedagógico, pero tomará mucho tiempo. El escenario es desalentador: el estudiantado perdió oportunidades de aprendizaje”, relató el abogado, educador y filósofo costarricense Vérnor Muñoz, relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación de agosto de 2004 a julio de 2010.
“Estas lagunas y vacíos va a costar muchísimo atenderlas y solucionarlas. Se necesitarán recursos con los que los sistemas educativos no cuentan. Quedó claramente asentada una realidad: han sido las plataformas privadas las beneficiadas con esta carestía. Los sistemas públicos siguen haciendo agua”, dijo Muñoz a EL UNIVERSAL.
“La pandemia dejó al descubierto los procesos de exclusión, marginación y discriminación que ya estaban instalados en la zona (antes del Covid—19) y que son las barreras tecnológicas que han tenido grupos históricamente discriminados”, describió.
“Es bastante claro que los recursos disponibles para atender la emergencia educativa han castigado precisamente a las poblaciones históricamente discriminadas. Los estudiantes de centros educativos privados han tenido los recursos para, más o menos, continuar con el aprendizaje. Los sistemas públicos no han tenido esa posibilidad”, señaló.
Al lamentar que “los materiales de estudio y las estrategias didácticas nunca fueron pensados para educación a distancia o virtual”, alegó que “los educadores tampoco contaban con la capacitación necesaria para enfrentar estas necesidades: el vacío creado es enorme”.
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