. La insalvable brecha política que divide Estados Unidos se materializó este jueves en Washington con la convocatoria de dos vigilias de significados diametralmente opuestos con motivo del primer aniversario del asalto al Capitolio , que solo lograron congregar a los más incondicionales.
Un año después de uno de los capítulos más oscuros de la historia del país, grupos izquierdistas y simpatizantes del Partido Demócrata se concentraron con velas frente al edificio del Congreso, que una turba de ultraderechistas asaltó el 6 de enero de 2021 , para reivindicar la resiliencia de la democracia estadounidense.
Casi a la misma hora, pero separados por tres kilómetros de distancia, una decena de excéntricos seguidores del expresidente Donald Trump (2017-2021) rezaba frente a la Prisión de Washington para pedir la libertad de los arrestados por el asalto al Capitolio, a los que consideran "presos políticos".
"Nunca me habría imaginado que algo así podía pasar. Estoy preocupada por la democracia", dijo a Efe al recordar lo sucedido hace un año Kay Drew, una jubilada de 71 años que participó en la vigilia demócrata frente el estanque del Capitolio.
En ese mismo lugar, el 6 de enero del año pasado cientos de partidarios del expresidente irrumpieron en la sede del Congreso, cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para refrendar la victoria del ahora mandatario, Joe Biden , en los comicios de noviembre de 2020.
El expresidente, que se negó a aceptar su derrota contra Biden en las elecciones de 2020 , dio un mitin ante sus seguidores justo antes del asalto, en el que alentó a la multitud a marchar hacia el Capitolio y "luchar" para evitar que se certificara el resultado electoral.
Esta vez, los gritos de los ultraderechistas en la sede del Congreso fueron sustituidos por un coro de góspel y discursos de algunos congresistas demócratas en un escenario bajo las letras "Los electores deciden. Protege la democracia".
En esta concentración hubo aplausos para los policías del Capitolio que se enfrentaron a la turba, uno de los cuales murió, y abucheos contra las restricciones al voto que los republicanos han impulsado en 19 estados alegando sin pruebas que Biden ganó gracias a un fraude.
La nieve en el suelo de una reciente tormenta invernal y las bajas temperaturas disuadieron a muchos de participar en la vigilia, mientras otros tantos ciudadanos de Washington siguieron su vida cotidiana ajenos a una conmemoración que lleva semanas marcando la agenda política del país.
Quien sí acudió al lugar fue James, un joven de 34 años que considera que la democracia estadounidense está "en peligro" porque "hay gente que considera que (el asalto al Capitolio) nunca pasó o no fue tan grave".
Y no iba desencaminado, puesto que a las puertas de la Cárcel de Washington, Kate, una mujer de unos 60 años que no quiso identificarse con su nombre real, se concentró con otros partidarios de Trump para exigir la liberación de los más de 700 detenidos por el ataque al Capitolio.
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"Yo estuve allí y no fue una insurrección. Nadie a mi alrededor fue violento, ¿de acuerdo? La violencia venía del otro lado", dijo a EFE visiblemente molesta durante la concentración que atrajo a más periodistas que manifestantes.
Este discurso negacionista ha calado dentro del Partido Republicano, cuyos líderes eludieron participar este jueves en los actos conmemorativos organizados al interior del Capitolio.
Desde este edificio, Biden ofreció un discurso en el que acusó a Trump de "crear y difundir una red de mentiras sobre las elecciones de 2020" que incitó a cientos de sus seguidores a atacar el Capitolio por su "ego herido".
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"Biden es una marioneta del Partido Comunista chino. No entiendo cómo pudo ser elegido si es tan impopular", respondió Alexander, un hombre partidario de la teoría del fraude que acudió a la protesta de la cárcel con una silla plegable.
La concentración, convocada por la organización Mirar adelante Estados Unidos, solo congregó a una decena de personas, con banderas estadounidenses, algún sombrero de "cowboy" y ninguna mascarilla pese al avance de la variable ómicron del coronavirus.
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