Bruselas.— A lo largo de la presente administración, México se ha ido alejando de los compromisos globales para combatir las
responsables del calentamiento del planeta, sostiene un informe del Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea.
El documento científico diseñado para medir el progreso de todos los países en materia de emisiones contaminantes sostiene que los principales gases de efecto invernadero aumentaron en el país en 3.7% en el periodo 2020 y 2021, y 7.1% en 2021 y 2022.
Tomando en consideración el rango de variación de los datos y el progreso registrado en 2019 y 2020, cuando los indicadores contaminantes cayeron en 6.5%, el balance de los primeros cuatro años de gestión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (periodo de 2019 a 2022) es negativo, las emisiones crecieron 3.7%. El inventario realizado por el servicio científico y de divulgación de conocimiento de la Comisión Europea sostiene que entre los países que emiten en solitario más de 1% de las emisiones totales, sólo la Unión Europea (UE), Rusia, Brasil y Corea del Sur experimentaron decrecimiento en 2022 en comparación con 2021.
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“El resto de los principales emisores experimentaron un aumento de sus emisiones de efecto invernadero en 2021 y 2022. En particular, Indonesia experimentó un aumento significativo de 10%, mientras que México de 7.1% e India de 5%”.
Indica que tras el repunte de las emisiones en 2021 y 2022 como resultado de la reactivación económica tras los confinamientos, la UE, Estados Unidos, Australia, Japón, Canadá y Corea del Sur mostraron en 2022 índices contaminantes inferiores a 2019, el último año antes de la aparición del coronavirus.
“El resto de los principales emisores, Turquía, China, Indonesia, Arabia Saudita, India, México, Irán, Brasil y Rusia presentan niveles de emisiones más elevados en 2022 en comparación con 2019, lo que demuestra que su tendencia al alza continuó también tras el repunte de las emisiones en 2021”.
La investigación sostiene que varias economías importantes están volviendo a los patrones prepandémicos, a la tendencia hacia la baja intensidad del carbono. “Sin embargo, países como Rusia, México e Indonesia han observado un aumento de la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en sus economías”, reitera.
En cuanto a las emisiones de efecto invernadero per cápita, en 2022 sólo disminuyeron en México, Indonesia y Rusia, “aunque fue insuficiente para compensar el repunte de las emisiones”.
La economía mexicana aporta 1.5% de los gases contaminantes emitidos anualmente a nivel mundial.
En 2022, la mayor parte de las emisiones fue resultado de la combustión de combustibles fósiles (59,6%). El metano (CH4) representó 24.6%, mientras que el resto se distribuyó en óxido nitroso (13.4%) y los gases fluorados (2.5%).
Por sector, las mayores emisiones son generadas por la combustión industrial, el transporte, la agricultura y la industria energética.
Desde la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1992, cuando la comunidad internacional se planteó la determinación de trabajar colectivamente para revertir el calentamiento global, se estima que la tasa anual de crecimiento de las emisiones en México ha sido del 1.8% (1990-2022).
Se estima que los sectores económicos en el país, en conjunto, contaminaron 76% más en 2022 en comparación con 1990. Las actividades relacionadas a los procesos de combustión muestran la mayor alza, 148%, seguido por la industria energética 103% y la de residuos 79%. La contaminación generada por los edificios y la agricultura exhiben los menores incrementos, 26% y 28% respectivamente.
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Los datos arrojados por este informe constituyen una estimación independiente de las tendencias mundiales de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como son considerados complementarios a los inventarios nacionales y a los informes elaborados por los estados parte del Acuerdo de París.
El documento muestra que las emisiones mundiales procedentes de actividades derivadas de la actividad humana han aumentado anualmente en una media de 1.5% desde 1990; y en 2022 eran 62% superiores a las de 1990.
La contaminación atmosférica prácticamente no mostró variantes entre 2014 y 2016, con un repunte en 2019 para disminuir 3.7% en 2020 como consecuencia de la parálisis económica por la pandemia. En 2022 fueron 2.3% superiores que en 2019.