Donald Trump y Kamala Harris ponen rumbo este viernes al estado de Michigan para cortejar el voto de los obreros, pero también el de la comunidad musulmana, decepcionada con el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra en Gaza.
Las elecciones presidenciales del 5 de noviembre entre la candidata demócrata y el republicano podrían decidirse por unos pocos miles de votos en determinados condados de seis o siete estados clave, llamados pendulares.
Michigan, base de las "tres grandes" fábricas de automóviles (Ford, General Motors y Chrysler), es uno de ellos.
Las crisis económicas de la década de 1970 llevaron a muchos habitantes del llamado "cinturón manufacturero" a irse de este estado fronterizo con Canadá, pero los conflictos en Medio Oriente atrajeron a la zona a migrantes libaneses, iraquíes, yemeníes y palestinos.
Tradicionalmente la comunidad musulmana vota por los demócratas pero su enfado por el apoyo de la Casa Blanca a las operaciones militares israelíes en Gaza y Líbano ha amenazado con reducirlo.
Varias organizaciones árabes estadounidenses han decidido apoyar a candidatos independientes como la ecologista Jil Stein, o a ninguno, pero una de las más importantes, el movimiento de los No Comprometidos, ha respaldado a la demócrata, más por pragmatismo, porque teme que Trump sea peor, que por afinidad.
La vicepresidenta de 59 años estimó que la muerte del jefe de Hamas, Yahya Sinwar, es una "ocasión para poner fin" a la guerra en Gaza.
Esta guerra "debe terminar de tal manera que Israel esté en seguridad, los rehenes sean liberados y el sufrimiento en Gaza termine, y el pueblo palestino pueda ejercer su derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad y la autodeterminación", afirmó.
Su rival republicano, el expresidente Trump, aún no ha reaccionado a la muerte del líder de Hamas.
Trump también estará en Michigan el viernes para dar un mitin en Detroit, antiguo bastión de la industria automovilística estadounidense.
Lleva un mensaje: "Las familias de Michigan fueron aplastadas por la inflación, bajo el fallido liderazgo de Kamala", según su equipo de campaña.
Trump amenaza con imponer aranceles de 100%, 200% e incluso más si gana las elecciones para, según él, traer de vuelta a Estados Unidos a una gran cantidad de empresas.
Y considera a México "un desafío tremendo" para sus planes.
"China está construyendo enormes fábricas de automóviles en México" y "van a venderlos en Estados Unidos" porque al estar cerca de la frontera tienen "todas las ventajas y ninguna de las desventajas", se quejó esta semana.
"Y ese va a ser el fin de Michigan. Va a ser el fin de, francamente, Carolina del Sur, va a ser el fin de todo", pronosticó.