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Washington.— Donald Trump y Jair Bolsonaro podrían ser la misma persona, con la única diferencia de que el primero habla inglés y el segundo portugués. Los dos comparten formas de actuar, tienen el mismo tipo de enemigos y hacen bandera de similares ideas: ayer en Washington, en su primer encuentro bilateral, hicieron gala de esa unión, el nuevo eje ultraconservador en las Américas.
“Tenemos visiones muy similares”, dijo Trump nada más empezar la rueda de prensa conjunta tras su encuentro en el Despacho Oval. El intercambio de elogios y apoyos fue constante, demostrando la buena sintonía entre líderes. “Siempre fui un admirador de Estados Unidos y esa admiración aumentó con su llegada, su excelencia, a la presidencia”, dijo el brasileño a su anfitrión. “Hoy Brasil tiene un presidente que no es antiestadounidense, por primera vez en décadas”, insistió.
“Nuestros países nunca habían estado tan cercanos”, remató Trump. Ambos intercambiaron camisetas de futbol de las selecciones respectivas. “Estamos unidos en los esfuerzos de preservar la libertad, respetar la familia tradicional, la fe en Dios, y contra las actitudes de corrección política y las fake news”, dijo Bolsonaro, mientras el estadounidense asentía.
Ambos se han erigido en las caras más visibles del populismo ultraconservador de América. El significado del encuentro de ayer, el primer viaje al exterior de Bolsonaro para un encuentro bilateral, es la muestra de la conexión y el nuevo eje hemisférico.
En su reunión hablaron básicamente de tres temas: Venezuela, alianza y cooperación militar, y comercio. Sobre Venezuela, Trump dijo que “todavía no se han aplicado las sanciones más duras”, sin descartar en ningún momento —como es habitual— la opción militar. Bolsonaro insinuó que si se llega a ese extremo apoyará a Estados Unidos para acabar con la “dictadura” y sacar del poder a Nicolás Maduro, un “títere cubano” en palabras del presidente estadounidense. El chavista acusó a los mandatarios de hacer “apología de la guerra”.
La crítica a Caracas llevó a ambos presidentes a hablar de otra de sus cruzadas: la lucha contra el socialismo. “La última cosa que queremos en Estados Unidos es socialismo”, sentenció Trump. Sobre seguridad, el republicano anunció que Brasil pasa desde ahora a formar parte del grupo de “aliados estratégicos fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)” de su país, y agregó que hará lo posible para elevar este estatus dentro de la organización militar trasatlántica. Actualmente hay 17 países que gozan de un reconocimiento de aliado militar estratégico de EU que no forman parte de la OTAN. El único en el continente que goza de ese estatus es Argentina.
Brasil cederá una base espacial situada en la Amazonia para que EU la use para lanzar satélites. Hubo compromisos en exportaciones comerciales y Trump prometió “respaldar” el ingreso de Brasil a la OCDE.