Washington.— El presidente estadounidense, Donald Trump, lamentó ayer haber nombrado a Jeff Sessions como fiscal general, mientras crece la presión de una investigación sobre la posible colusión con Rusia en las elecciones de 2016 y obstrucción de justicia.

Luego de que el diario The New York Times reportó que Trump presionó a Sessions para revertir su recusación de la investigación rusa en marzo de 2017, Trump confirmó su insatisfacción sobre esa decisión. Citó a un legislador republicano que habría criticado a Sessions por no haber informado al mandatario antes de convertirse en fiscal general que habría de recusarse de la investigación. “Hay muchos realmente buenos abogados en el país, él pudo haber escogido a alguien más”, dijo el legislador Trey Gowdy. En un tuit, Trump repitió lo dicho por Gowdy y añadió: “Ojalá lo hubiese hecho”. El mandatario ha criticado repetidamente a Sessions, y cree que el ex senador, muy activo en la campaña presidencial debería ayudarlo a defenderse de la investigación y no mantenerse a raya.

El domingo, el abogado de Trump, Rudy Giuliani, dijo que la investigación podría eventualmente acabar en maniobras de impeachment (destitución) en el Congreso sobre la presunta obstrucción de justicia por parte del presidente. “Eventualmente la decisión será destituir o no destituir”, dijo a CNN.

El Times reportó el miércoles que la presión de Trump a Sessions para que revierta su recusación se ha vuelto el foco de la investigación del fiscal especial Robert Mueller. Esa situación podría colocar a Sessions, a quien el equipo de Mueller entrevistó en enero, en la posición de testificar contra el presidente, según el diario.

Trump ha tomado la ofensiva, buscando hacer ver que el equipo de Mueller, el Departamento de Justicia y el FBI están parcializados en su contra, y denuncia la investigación especial como “ilegítima” y una “cacería de brujas”.

La comunidad de inteligencia estadounidense concluyó que el gobierno ruso interfirió en la campaña para las elecciones presidenciales de 2016 en las que ganó Trump, con el objetivo de perjudicar a la entonces aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. Ante las pruebas aportadas por la CIA y el FBI, la Justicia estadounidense decidió nombrar a Mueller como fiscal especial independiente, para investigar la llamada trama rusa y la posible coordinación de los rusos con la campaña del republicano.

Ayer mismo, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, pidió en conversación telefónica a su par ruso, Serguei Lavrov, “medidas concretas respecto a nuestros temas de preocupación, incluidas las injerencias en los asuntos internos estadounidenses”.

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