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Los votantes en Estados Unidos decidirán el 3 de noviembre si Donald Trump permanece en la Casa Blanca cuatro años más.
El presidente republicano se enfrenta al candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, que es principalmente conocido como el vicepresidente de Barack Obama de 2008 a 2016 pero que lleva en la política de su país desde los años 70.
A medida que se acerca el día de las elecciones, las empresas de sondeos intentan calibrar el estado de ánimo del país preguntándole a los electores a qué candidato prefieren.
En BBC Mundo haremos seguimiento de esos sondeos e intentaremos discernir qué nos pueden decir (y qué no) sobre quién ganará la elección.
¿Cómo se están desempeñando los candidatos en el ámbito nacional?
Los sondeos nacionales son una buena guía para saber lo popular que es un candidato en todo el país, pero no son necesariamente una buena herramienta para predecir el resultado de la elección.
En 2016, por ejemplo, la candidata demócrata Hillary Clinton encabezaba las encuestas y obtuvo casi tres millones de votos más que Donald Trump, pero aun así perdió; eso es porque Estados Unidos utiliza un sistema de colegio electoral en el que conseguir más votos no siempre hace ganar la elección.
Hecha esa advertencia, Biden ha estado por delante de Trump en las encuestas nacionales la mayor parte del año.
En las últimas semanas se ha mantenido en torno al 50% y ha llegado a tener una ventaja de 10 puntos en algunos momentos, pero Trump ha recuperado terreno recientemente.
Lee más: Algunos pueden sentirse insultados si Biden elige a una mujer como compañera de fórmula: Trump
En comparación, en 2016 las encuestas eran mucho menos claras y a Trump y Clinton apenas los separaban un par de puntos porcentuales cerca de la jornada electoral.
¿Qué estados decidirán la elección?
Como Clinton descubrió en 2016, el número de votos que ganas es menos importante que dónde los ganas.
La mayoría de los estados suele votar siempre de la misma manera. Esto significa que en realidad solo hay un puñado de estados en los que ambos candidatos tienen la opción de ganar.
Estos son los lugares donde se gana y se pierde la elección y se conocen como estados péndulo o bisagra.
En el sistema de colegio electoral que se usa en Estados Unidos para elegir al presidente, cada estado recibe un número de votos según su población. Hay un total de 538 votos del colegio electoral en disputa, por lo que un candidato necesita obtener 270 para ganar.
Como muestra el mapa superior, algunos estados bisagra tienen muchos más votos del colegio electoral que otros, por lo que los candidatos suelen pasar mucho más tiempo haciendo campaña en ellos.
¿Quién tiene ventaja en los estados bisagra?
En este momento, los sondeos de los estados péndulo son alentadores para Biden, pero queda mucho camino y las cosas pueden cambiar muy rápidamente, sobre todo cuando está involucrado Trump.
Las encuestas sugieren que Biden tiene amplias ventajas en Michigan, Pensilvania y Wisconsin, tres estados industriales que su rival republicano ganó por márgenes inferiores al 1% para asegurarse la victoria en 2016.
Pero son los estados péndulo en los que Trump ganó cómodamente en 2016 por los que su equipo de campaña estará más preocupado. Su margen de victoria en Iowa, Ohio y Texas fue de un 8-10% entonces, pero actualmente está a la par con Biden en los tres.
Esos datos de encuestas pueden ayudar a explicar la decisión de Trump de sustituir a su director de la campaña por la reelección en julio y sus habituales referencias a los "sondeos falsos".
Las casas de apuestas, desde luego, no descartan todavía a Trump. Los últimos pronósticos le dan un margen de 1 entre 3 probabilidades de ganar el 3 de noviembre.
¿Cómo ha impactado el coronavirus al apoyo a Trump?
La pandemia de covid-19 ha dominado los titulares en Estados Unidos desde el comienzo del año y la valoración de las acciones de Trump ha estado dividida, de forma predecible, según filiaciones políticas.
El respaldo a su enfoque tuvo su punto álgido a mediados de marzo después de que declarara la emergencia nacional y pusiera US$50.000 millones a disposición de los estados para frenar la expansión del virus.
En aquel momento, un 55% de los estadounidenses aprobaba sus acciones, según datos de Ipsos, una importante empresa de opinión pública.
Pero cualquier apoyo que tuviera de los demócratas desapareció después de eso, mientras que los republicanos siguieron respaldándole.
No obstante, los datos más recientes sugieren que incluso sus partidarios han empezado a cuestionar su reacción ante la crisis, a medida que estados del sur y del oeste del país se han tenido que enfrentar a nuevos brotes del virus.
El apoyo de los republicanos había caído al 78% a principios de julio.
Esto puede explicar por qué Trump se ha mostrado menos optimista sobre el coronavirus recientemente, advirtiendo que la situación "empeorará antes de mejorar".
También hace poco se puso una mascarilla por primera vez e instó a los estadounidenses a usarlas, diciendo que tienen efecto y demuestran "patriotismo".
Un modelo producido por expertos de la Universidad de Washington predice que el balance de muertos habrá superado los 230.000 el 1 de noviembre, solo dos días antes de las elecciones.
¿Podemos confiar en las encuestas?
Es fácil desestimar las encuestas diciendo que se equivocaron en 2016, y el presidente Trump a menudo lo hace. Pero no es del todo cierto.
La mayoría de los sondeos nacionales mostraban a Hillary Clinton por delante por unos puntos porcentuales, pero eso no significa que se equivocaran, dado que obtuvo tres millones de votos más que su rival.
Las encuestadoras tuvieron algunos problemas en 2016, en especial una falla a la hora de representar adecuadamente a los votantes sin título universitario, lo que hizo que la ventaja de Trump en algunos estados péndulo clave no fuera detectada hasta muy avanzada la campaña, si es que se llegó a detectar.
Casi todas las empresas de sondeos han corregido este aspecto.
Pero este año hay todavía más incertidumbre de lo normal por la pandemia de covid-19 y el impacto que está teniendo sobre la economía y sobre cómo votará la gente en noviembre.
Por tanto, todos los sondeos se deben interpretar con cierto escepticismo, especialmente cuando todavía falta tanto para el día de las elecciones.
lsm