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Washington.— Los jóvenes dreamers se han convertido definitivamente en un elemento político en Estados Unidos. Las últimas horas han sido un thriller de intercambio de declaraciones para un asunto que tiene en vilo a más de 800 mil soñadores que viven en la incertidumbre sobre qué pasó realmente en la cena del miércoles en la Casa Blanca entre los altos rangos demócratas y el presidente Donald Trump.
Al final el mandatario tuvo que confesar que existe un “acuerdo cercano” para solucionar el sismo causado por su intención de suprimir el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) que protege a miles de jóvenes de la deportación. “¿Alguien cree realmente que vamos a botar a jóvenes buenos y educados con empleos, algunos en el ejército?”, se preguntó en un tuit por la mañana.
“Tenemos un acuerdo en el marco [de las negociaciones]”, afirmó el magnate poco antes de subir al Air Force One para dirigirse a Florida.
“Estamos trabajando en un plan para DACA”, explicó, y puso una condición: habrá que negociar en “seguridad fronteriza masiva” y falta “mucho por hacer”, dijo.
Según Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, y Nancy Pelosi, su homóloga en la Cámara de Representantes, “lo que queda por negociar son los detalles” de la seguridad fronteriza, siempre excluyendo el muro en la frontera con México.
No todo fue tan sencillo. Dar una salida a los dreamers aleja a Trump de su promesa de expulsar a los indocumentados y no sólo eso: por segunda vez en una semana pactaba con los demócratas dejando de lado a los republicanos, su partido.
Si bien el mandatario aseguró que los legisladores conservadores están “a bordo”, éstos no pudieron ocultar su despecho. “Fue una discusión, no un acuerdo o una negociación”, sentenció el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, dejando claro que sin su voz no va a haber ningún pacto.
No tuvo ningún reparo en recriminar, de forma sutil, la estrategia del magnate: “Creo que el presidente entiende que tiene que trabajar con las mayorías en el Congreso para cualquier tipo de solución legislativa”, recordó. Los conservadores controlan las dos cámaras del Capitolio.
La base trumpista también está al borde del colapso. Los rumores de “amnistía” para indocumentados, la relajación en la promesa del muro y facilitar la victoria de los demócratas es demasiado para unos seguidores que se sienten traicionados por su líder.
Algunas de las figuras más destacables del ultraconservadurismo, como la escritora Ann Coulter, no tuvieron reparo en pedir el impeachment del presidente y prometieron no confiar nunca más en él.
Trump tuvo que salir a remediarlo, reiterando que “no hay acuerdo” todavía y que en ningún caso va a dar luz verde a que los dreamers se queden en el país sin más. “No estamos viendo [opciones de] ciudadanía. No estamos viendo amnistías. Vamos a ver cómo permitir que la gente se quede aquí”, aclaró.
Trump marcó sus líneas: sólo habrá acuerdo sobre dreamers si se llega a un acuerdo en “seguridad [fronteriza] extrema”, no sólo en vigilancia sino en todo lo demás. “Y, finalmente, tendremos que tener el muro. Porque si no tenemos el muro, no haremos nada”, advirtió.
El muro es el asunto adyacente a toda la polémica. Los mensajes en ese sentido también fueron confusos: a primera hora de la mañana Trump asumía que debería aplazarlo y dejar para “más adelante”, confirmando que la valla, por el momento, salió de la ecuación.
Precisamente los demócratas tienen en el muro la línea roja marcada. “Es una solución medieval para un problema moderno, una idea de Juego de Tronos para un mundo más cercano a la Guerra de las Galaxias”, ironizó Schumer.
Horas más tarde, viendo cómo sus seguidores se enojaban, temiendo que nunca se construya la gran promesa electoral, Trump tuvo que modificar su discurso, dejando claro que quizá el muro no entrará en la discusión por los dreamers, pero deberán existir garantías de que obtendrá los fondos para ello.
Trump propuso un calendario: “DACA ahora y el muro muy pronto. Pero el muro va a existir”, dijo.
Toca el tema con Peña Nieto. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, se pronunció por una solución permanente en favor de los dreamers mexicanos que viven en EU, durante la conversación telefónica que mantuvo ayer con Trump.
En respuesta, el magnate “se mostró optimista en que el Congreso estadounidense alcance una solución”, informó la presidencia.
“El Presidente Peña expresó la importancia que tiene para México el que se tenga una solución permanente para los beneficiarios del programa DACA, que en su mayoría son de origen mexicano”, puntualizó la casa presidencial.