Washington.— El presidente Donald Trump congeló ayer su propuesta de subir de 18 a 21 años la edad legal para comprar algunas armas, en lo que supone una concesión al poderoso grupo de presión armamentístico de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
El mandatario insistió en Twitter en su plan para armar a los profesores y consideró que la capacidad de subir la edad legal para comprar armas está en manos de los 50 estados del país, y no del gobierno federal, debido al escaso apoyo político que esa medida ha ganado en el Congreso.
Bajo la ley federal de Estados Unidos, la edad mínima para comprar un arma de fuego son 21 años si es una pistola y 18 si es un rifle, aunque algunos vendedores sin licencia las venden a personas más jóvenes.
El estado de Florida, que en febrero pasado fue lugar de un tiroteo en una preparatoria, aprobó la semana pasada una ley para subir de 18 a 21 años la edad mínima para comprar armas y, en respuesta, la NRA interpuso una demanda en la que acusa al estado de violar el derecho constitucional a poseer y portar armas.
“En los límites de edad de 18 a 21 años, estamos atentos a los casos en los tribunales y a sus sentencias antes de actuar. Los estados están tomando esta decisión. Las cosas se están movimiento rápidamente en esto, pero no hay mucho apoyo político [por decirlo suavemente]”, escribió Trump en Twitter.
El mandatario, quien durante la campaña presidencial de 2016 recibió el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle, prometió que tomaría medidas para acabar con los tiroteos en las escuelas después de que el 14 de febrero Nikolas Cruz, de 19 años, matara a 17 personas en un instituto en Parkland, en Florida, con un rifle AR-15 que compró de manera legal.
Como una medida para prevenir tiroteos en las escuelas, la Casa Blanca reveló ayer su plan para reforzar la seguridad en los planteles, que incluye entrenamiento para armar a algunos profesores y la mejora del sistema de antecedentes penales, pero elude prohibir la compra de determinadas armas hasta los 21 años.
En concreto, según ese plan, el Ejecutivo comenzará a trabajar con los estados para dar un “entrenamiento riguroso sobre el uso de armas” a los maestros y al resto del personal de las escuelas que se ofrezcan como voluntarios, según dijeron alto funcionarios.
La vocera de la Casa Blanca, Sarah Sander, dijo que el presidente se enfoca en “aquellas cosas que pueden ganar un amplio apoyo bipartidista”. EFE