El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajaba el jueves a Texas para insistir en que el país se enfrenta a una crisis que sólo pued e resolverse gastando miles de millones de dólares para construir un muro en la frontera con México.
Su viaje a la ciudad fronteriza de McAllen coincide con el vigésimo día de un cierre parcial del Gobierno que ha dejado a cientos de miles de estadounidenses sin trabajo o sin paga, mientras Trump y sus correligionarios republicanos luchan para que los demócratas accedan a su demanda de 5 mil 700 millones de dólares este año para levantar el muro.
El plan del mandatario fue una promesa de su campaña presidencial de 2016 y el mes pasado dijo que estaría "orgulloso" de cerrar el Gobierno por el tema, pero desde entonces ha culpado a los demócratas.
También ha estado considerando si declara una emergencia nacional para saltarse al Congreso y gastar así dinero del Departamento de Defensa para el muro. Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, se niegan a aprobar la financiación.
Los críticos dicen que la medida sería ilegal y planean impugnarla de inmediato en la corte. Incluso algunos republicanos que quieren construir un muro han dicho que no quieren que se le saque dinero al Ejército para pagarlo.
Trump viajará a Texas con los dos senadores estadounidenses del estado, los republicanos John Cornyn y Ted Cruz.
Respaldado por la mayoría de los republicanos en el Congreso y de sus más fervientes partidarios, Trump ha dicho que no firmará ninguna ley para reabrir al Gobierno que no otorgue los fondos para el muro.
"Existe una GRAN unidad con los republicanos en la Cámara y en el Senado, pese a que los medios de noticias falsas trabajan a toda máquina para hacer que parezca una historia diferente", escribió Trump en Twitter el jueves antes de su viaje.
El punto muerto se mantiene y las reuniones de Trump con los líderes demócratas en el Congreso han terminado mal. Trump salió el miércoles de una reunión con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, que calificó como "una pérdida total de tiempo".
Trump afirma que los inmigrantes indocumentados y las drogas ilegales están entrando en cantidades por la frontera con México, pese a que las estadísticas muestran que la inmigración ilegal allí está en un mínimo de 20 años y que muchos cargamentos de drogas probablemente entran de contrabando a partir de puertos legales.
Los demócratas acusan a Trump de usar tácticas de amedrentamiento y de propagar información engañosa sobre la situación fronteriza para cumplir con una promesa de la campaña de 2016 mientras prepara su carrera para la reelección en 2020.
lsm