Washington.— Donald Trump está en una racha victoriosa inaudita, donde va acumulando triunfos sin cesar. El más reciente vino del Congreso: la Cámara de Representantes, a pesar de estar bajo control demócrata, no consiguió la mayoría para revocar el veto a la resolución que quería detener su declaración de emergencia para construir el muro en la frontera entre EU y México.
Tras el fin de la investigación de la trama rusa (que indagaba la presunta colusión con el gobierno ruso para interferir en las elecciones presidenciales de 2016), Trump consiguió vía libre —por el momento— para acelerar la construcción de la barrera. El resultado de la votación (241-181), a pesar de contar con la deserción de 14 republicanos, no bastó para lograr los dos tercios necesarios (faltaron 38 votos). El primer y único veto del mandato de Trump se mantiene invariable.
El único freno posible ahora corre en el campo judicial. Una quincena de estados demandó el mes pasado a la administración Trump en un intento, liderado por California, de anular la declaración de emergencia del presidente.
Un decreto que ya ha empezado a surtir efecto. La noche del lunes, el Departamento de Defensa notificó al Congreso que redistribuía mil millones de dólares para destinarlos a la construcción de 92 kilómetros de muro, algo que no sentó nada bien entre los congresistas demócratas.
Adam Smith, presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, se negó a aceptar ese desvío de fondos y se enfrascó en un debate acalorado con el secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, quien ayer estaba siendo interrogado en el Capitolio sobre el presupuesto del próximo año. “El comité rechaza esta solicitud. El comité no aprueba el uso de fondos propuesto por el Departamento de Defensa para construir barreras adicionales y carreteras, e instalar luces en las proximidades de la frontera de Estados Unidos”, dijo Smith en una carta dirigida al Pentágono, calificando la acción de “increíblemente irresponsable”.
Sin embargo, la administración no ve motivo para frenar sus intenciones y la queja demócrata será simplemente simbólica. En su opinión, ya cumplieron al “notificar” al Congreso del cambio y seguirán adelante para implementar con las instrucciones del comandante en jefe del país, el presidente Trump, amparados en la autoridad de “reprogramar” fondos.
La discusión fue tensa durante el debate en el comité, incluso con Shanahan asumiendo que proceder con esa idea podría conllevar consecuencias a futuro, entre ellas la pérdida de la mencionada autoridad para recolocar fondos.
“Es una discusión muy difícil”, aceptó el secretario de Defensa interino. Según explicó, la conversación para utilizar fondos de programas antinarcóticos y de remanentes de pagos de salarios que no se hicieron efectivos, por falta de reclutamiento, para el muro se realizó “antes de la declaración de emergencia”.
“Dijimos que habría riesgos a largo plazo para el departamento y esos riesgos fueron sopesados”, dijo Shanahan, incluyendo no sólo las autorizaciones del Congreso, sino también el fondeo del ejército y sus necesidades. Los mil millones se espera que se desembolsen antes del 30 de septiembre, y se dispondrán a medida que se tengan proyectos concretos para la construcción de muro y otras necesidades en las zonas de Yuma (Arizona) y El Paso (Texas).
Por sorpresa, la titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, viajó ayer a Miami (Florida) para reunirse con la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Kirstjen Nielsen. Según un boletín de la Segob, emitido cuando la secretaria ya estaba viajando a EU, en la agenda estaba la política migratoria, y los esfuerzos de cooperación para prevenir el tráfico de personas, armas y dinero; así como los planes para el desarrollo en Centroamérica. El encuentro se describió como un seguimiento a los temas bilaterales. Nielsen viajará hoy a El Ocotal, Honduras, donde firmará un memorando de cooperación con los países del Triángulo Norte de Centroamérica.