El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rubricó el viernes la gran reforma tributaria por 1,5 billones de dólares aprobada por los republicanos y aprobó una ley de gasto a corto plaz o que evita una paralización del gobierno.
Las dos legislaciones fueron el logro más significativo para Trump en el Congreso desde que asumió el cargo en enero, y dan una señal sobre qué puede pasar cuando regrese de sus vacaciones navideñas en el centro vacacional de Mar-a-Lago, en Florida.
El paquete fiscal, la mayor reforma del código tributario desde la década de 1980, rebaja el impuesto de sociedades desde el 35 al 21 por ciento y reduce de manera temporal la presión impositiva sobre la mayoría de los ciudadanos.
Los demócratas se opusieron a la ley por considerarla una cesión a los ricos que añadirá 1,5 billones de dólares a los 20 billones de la deuda nacional durante la próxima década.
Por su parte, la ley de gasto extiende la financiación federal hasta el 19 de enero más o menos en los niveles actuales. No obstante, no hace nada para resolver disputas más amplias sobre inmigración, salud y gasto militar.
Los republicanos están divididos también sobre si dar continuidad a la reforma tributaria con una gran reestructuración del programa de beneficios federales.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, señaló que le gustaría reformar los programas de prestaciones sociales y salud, pero su homólogo en el Senado, Mitch McConnell, dijo el lunes que no le interesa recortar esos programas sin apoyo demócrata.
cg