Washington.- El expresidente Donald Trump fue procesado este jueves por querer revertir los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020 y su rol en el asalto al Capitolio.
Trump compareció ante la jueza Moxila Upadhyaya, de la corte federal del Distrito de Columbia, quien le leyó los cargos que se le imputan: conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra derechos.
Igual que en los otros dos casos criminales en su contra, Trump fue fichado: se le tomaron sus datos y huellas, pero no una foto, por considerarse que se trata de una figura por demás conocida.
El exmandatario estadounidense se declaró no culpable de los cargos por querer revertir los resultados de las presidenciales.
Esta es la tercera vez que Donald Trump es procesado.
De acuerdo con la acusación, tras perder los comicios del 3 de noviembre de 2020 ante el demócrata Joe Biden, Trump, quien entonces era presidente, se embarcó en una conspiración para "revertir los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020" con denuncias falsas de fraude electoral y múltiples estratagemas.
El fiscal Jack Smith, quien lleva el caso en contra de Trump, acusa que desde el día de las votaciones, comenzaron los esfuerzos de Trump para cambiar el resultado electoral y siguió haciéndolo hasta después del 6 de enero de 2021, cuando una turba de sus seguidores irrumpió en el Capitolio con el Congreso reunido para confirmar la victoria de Biden en los comicios.
Trump, señala la acusación, presionó a quien era su vicepresidente, Mike Pence, para que no certificara el resultado de las elecciones en el Congreso. Pence se negó.
Será la juez Tanya S. Chutkan quien llevará el juicio contra Trump. Ella ya ha presidido varios casos en relación con el asalto al Capitolio.
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Ser el primer expresidente acusado penalmente en la historia de EE.UU., en principio, no afectaría a su carrera hacia la Casa Blanca en 2024, porque no hay ninguna legislación que le impida concurrir, incluso si termina entre rejas.
De hecho, existe el precedente del socialista Eugene Debs, quien se presentó a los comicios en 1920 y obtuvo casi un millón de votos mientras estaba en una cárcel en Atlanta (Georgia, EE.UU.) tras haber sido condenado por sedición en 1918 por protestar por la implicación de EE.UU. en la I Guerra Mundial.
La ley no impide a Trump ser candidato presidencial desde la cárcel, con lo que podría ganar e incluso jurar el cargo de presidente. Lo que hiciera después sería una incógnita, quizás intentaría indultarse a sí mismo, como ha aventurado algún que otro experto en jurisprudencia estos días. * Con información de EFE
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