Washington.— La tensión aumenta en torno a Siria. Estados Unidos se encuentra planeando cómo responder al presunto ataque químico en la localidad de Duma. “Todas las opciones están sobre la mesa”, reitera una y otra vez la Casa Blanca, aunque todo apunta que será un ataque militar con misiles.
Al menos así lo insinuó el presidente de EU, Donald Trump, quien a través de Twitter alertó de que los misiles “estarán llegando” a Siria, en un mensaje que sirvió para desafiar no sólo al régimen del mandatario Bashar al-Assad sino también a Rusia con una amenaza directa.
“¡Prepárate, Rusia, porque [los misiles] estarán llegando bonitos, nuevos e inteligentes!”, tuiteó el presidente, en respuesta a informaciones que apuntaban que funcionarios rusos dijeron que cualquier misil estadounidense dirigido a Siria sería abatido por las fuerzas rusas.
La impulsividad de Trump no sólo pareció que hacía saltar por los aires la teoría de “no telegrafiar” movimientos militares —algo que intentó contrarrestar la Casa Blanca recordando que no se delimitó horario para la acción—, sino que agarró a gran parte de su gabinete por sorpresa.
El Pentágono, que confesó que todavía está recopilando información sobre el suceso en Duma, aseguró tener “preparado” todo un abanico de opciones para una acción militar.
Ayer por la tarde, los altos mandos del ejército se reunieron con el presidente para analizar la situación.
El anuncio de Trump también fue una sorpresa para sus aliados, que no esperaban que el presidente de EU diera un paso adelante en las redes sociales. Tras unas horas de confusión, las aguas de los aliados volvieron a su cauce para seguir analizando escenarios y opciones.
Francia y Arabia Saudita ya se han mostrado de acuerdo con buscar una respuesta conjunta. En Reino Unido, la primera ministra Theresa May convocó una reunión de gabinete urgente para hoy, horas después de reconocer que todos los indicios apuntan que el régimen sirio está detrás del presunto ataque químico del sábado pasado en Duma.
“El continuo uso de armas químicas no puede quedar sin respuesta”, declaró ayer May, y agregó que Reino Unido trabaja con sus aliados, “hemos estado trabajando para comprender qué ha ocurrido sobre el terreno y estamos alcanzando ese conocimiento de forma rápida”, agregó.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que “las decisiones finales no se han tomado. Todas las opciones permanecen sobre la mesa”, sin descartar otras que no sean la salida militar.
Aunque Sanders diga lo contrario, parece que la opción diplomática es inexistente; nadie sabe si la represalia liderada por EU será puntual o está pensando en una campaña sustancial y sostenida en el tiempo.
Por si acaso, todo el mundo se está preparando para el hipotético ataque inminente. El gobierno sirio anunció que está desalojando sus bases aéreas y los aviones evitan sobrevolar la zona para evitar encontrarse con un misil inesperado.
La tensión entre Washington y Moscú está más elevada que nunca, “a niveles no vistos ni durante la Guerra Fría”, dijo Trump.
Siria puede servir de terreno militar para el enfrentamiento entre las dos potencias, con EU acusando directamente al Kremlin de proteger a Al-Assad y hacer la vista gorda a los presuntos ataques del régimen contra su población civil.
Rusia, por su parte, niega que un ataque químico haya tenido lugar en Siria y considera que todo ha sido un montaje de Occidente.
Ante el desafío lanzado por Trump en Twitter, el Kremlin respondió que no participará en su “tuito-diplomacia” y se mostró partidario “de acercamientos serios”. El presidente ruso, Vladimir Putin, llamó a que impere el sentido común.
En cambio, advirtieron que enviarán policía militar a Duma para tareas de seguridad y monitorearán los movimientos de los navíos militares estadounidenses por si tuvieran que tomar alguna decisión.
En tanto, la Organización Mundial de la Salud aseguró ayer que en el ataque del sábado en Duma murieron al menos 70 personas y 500 personas tenían síntomas parecidos a la gente expuesta a gases tóxicos, por lo que pedían el compromiso internacional para investigar en el terreno.